El doctor Samuel Ponce de León, titular de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus, aseguró que desde Delta hasta Ómicron el virus SARS-CoV2 “agarra parejo” y hay que “tenerle miedo” por lo que recomendó seguir una serie de precauciones.
Aunque reconoció que las poblaciones más afectadas por el COVID-19 están entre los 20 y 50 años aproximadamente, pues son las que actualmente tienen mayor movilidad, afirmó que todas las personas están expuestas al contagio.
Ponce de León recordó que el virus se transmite fundamentalmente “en gotas aéreas” que expulsamos al hablar, al estornudar, al toser y que quedan flotando en forma de aerosol en ambientes cerrados, por lo que la barrera fundamental para evitar contagios es utilizar correctamente los cubrebocas.
“Siempre que estemos en ambientes cerrados o semicerrados (salón de clase, oficinas, iglesias….) e incluso en congregaciones de gente a la intemperie, hay que portar el cubrebocas y mantener una sana distancia”, afirmó el Coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
A la par, resaltó la necesidad de tener una correcta ventilación de las áreas en donde se labora, se imparten clases o se realizan actividades.
Además, consideró fundamental que las personas que desarrollan síntomas de la enfermedad o sospechan que tienen Covid-19 deben autoconfinarse voluntariamente hasta tener certeza de su situación médica.
En cuanto a los trayectos en el transporte público, “donde la convivencia es muy íntima”, el universitario sugirió mantener abiertas las ventanas y una higiene correcta, sobre todo, en las manos, a fin de minimizar el riesgo de infección.
Asimismo, recomendó llevar ajustado correctamente el cubrebocas y, de ser posible, usar dos “perfectamente sellados”, sin retirarlos ni tomarlos con la mano.
Ponce de León aseguró que “todos los cubrebocas son útiles”, pero consideró que los mejores son los que tienen tres capas, con ajuste perfecto y sellado hermético.
El especialista también destacó la capacidad de filtración de los cubrebocas N95, que se ajustan más y mejor, así como la hermeticidad de los que se ajustan por atrás, hacia la parte occipital, con dos ligas muy fuertes.
Además, destacó que siempre hay que usar el cubrebocas hasta el puente de la nariz y por debajo de la barbilla.
En el caso de un familiar con sospecha de infección, con síntomas o ya infectado con COVID-19, el coordinador del PUIS sugirió lavar los utensilios de comida “con agua, jabón y listo”, además del auto confinamiento.
Aseveró que en estos casos no es necesario “ningún otro cuidado”, pues la transmisión del virus es por vía aérea y no a través del contacto con este tipo utensilios (si están lavados) ni del consumo de alimentos.
“Uno se puede infectar si después de tocar alguna superficie (mano, vaso, botella…) donde se hayan depositado secreciones respiratorias por toser o estornudar en ellas, se agarra la nariz, los ojos o la boca”, indicó.
El Coordinador del PUIS, afirmó que nadie puede garantizar que la evolución de una infección por Ómicron vaya a ser leve, y ejemplificó el caso de un joven de 30 años que, a pesar de contar con sus vacunas, padecía una grave insuficiencia respiratoria por la nueva variante.
“No podemos, porque se dice que el virus tiene una menor virulencia, ser negligentes o autocomplacientes con las precauciones que hemos venido llevando hasta ahorita”, reiteró.
Ponce de León señaló que aquellas personas de mayor edad o con factores de compromiso en su salud serán las que tendrán más riesgo de infección, por lo que invitó a mantener las precauciones necesarias “para que el dicho de ‘enero y febrero desviejadero’ no se cumpla”.