Líbano e Israel han sido protagonistas de conflictos prolongados a lo largo de la historia. Las tensiones actuales entre ambos países forman parte de un enfrentamiento histórico marcado por la guerra, las disputas territoriales y la intervención de actores externos.
Desde la creación del Estado de Israel en 1948, el Medio Oriente ha sido escenario de incesantes enfrentamientos, siendo Líbano uno de los países más afectados.
Israel vs. Líbano, un conflicto de larga data
Líbano, un pequeño país de apenas 10 mil kilómetros cuadrados y una población de seis millones de personas, ha sido históricamente un refugio para diversas comunidades religiosas. Sin embargo, la creación del Estado de Israel en 1948 y la posterior expulsión de palestinos, conocida como la Nakba, modificó la estabilidad de la región.
De acuerdo con la ONU y la The New Humanitarian, una organización periodística independiente, más de 100 mil refugiados palestinos llegaron a Líbano, alterando el equilibrio demográfico y generando tensiones entre las distintas comunidades religiosas.
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La guerra civil libanesa, que se desarrolló entre 1975 y 1990, dejó más de 130 mil muertos. Este conflicto interno fue exacerbado por la presencia de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que se instaló en Líbano tras ser expulsada de Jordania en 1970.
Las invasiones de Israel a Líbano
En respuesta a la creciente actividad de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en el sur del país, Israel invadió Líbano en tres ocasiones, siendo la más reciente en 2006.
Durante ese año, el grupo chiita Hezbolá secuestró a dos soldados israelíes y causó la muerte de otros ocho, lo que desencadenó una respuesta israelí que incluyó bombardeos masivos. En solo 34 días, murieron mil 100 personas en Líbano y 43 en Israel.
Amnistía Internacional denunció que las fuerzas israelíes realizaron ataques desproporcionados, con una destrucción masiva de infraestructura civil en Líbano, lo que agravó aún más la crisis humanitaria en la región.
Hezbolá, un actor clave en el conflicto
Hezbolá, que en árabe se traduce como "Partido de Dios", emergió en 1985 con el apoyo de Irán y Siria como un movimiento de resistencia contra la ocupación israelí en el sur de Líbano. Con el tiempo, Hezbolá evolucionó para convertirse en una fuerza militar significativa y un partido político dentro del sistema político libanés. En las elecciones de 1992, logró obtener representación en el parlamento y ha sido un actor constante en los gobiernos del país desde 2005.
Sin embargo, la influencia de Hezbolá en la política libanesa ha sido vista como una amenaza por Israel, principalmente debido a su arsenal de cohetes y su proximidad a la frontera israelí.
¿Qué pasa en Medio Oriente?
Desde octubre de 2023, tras los ataques de Hamás en el sur de Israel y la respuesta de este en Gaza, Hezbolá ha mantenido hostilidades con Israel. Aunque la mayoría de estos enfrentamientos se han limitado al sur de Líbano y al norte de Israel, el uso de armamento como fósforo blanco ha causado víctimas civiles y desplazamientos masivos.
Este conflicto se ve además influenciado por la intervención de potencias extranjeras. Irán apoya activamente a Hezbolá, mientras que Israel cuenta con el respaldo militar y diplomático de Estados Unidos, lo que internacionaliza aún más la disputa.
Explosiones en Líbano y ataques indiscriminados
El 17 de septiembre de 2024, una serie de explosiones impactó a Líbano, cuando miles de dispositivos como buscas y walkie-talkies estallaron, causando la muerte de 12 personas y más de 2 mil heridos. Al día siguiente, nuevas explosiones dejaron al menos 25 muertos y cientos de heridos. Estas detonaciones afectaron zonas civiles, lo que generó pánico entre la población.
Según Amnistía Internacional, estos ataques indiscriminados deben ser investigados como crímenes de guerra, dado que no discriminaban a sus objetivos y utilizaron herramientas cotidianas para causar un gran número de víctimas.
La respuesta de Israel
El 23 de septiembre de 2024, Israel lanzó la llamada "Operación Flechas del Norte", una ofensiva militar a gran escala contra Líbano. En solo un día, murieron 558 personas, incluidos 50 niños y 94 mujeres, según el Ministerio de Salud libanés. Este fue el día más mortífero en Líbano desde el fin de la guerra civil en 1990.
Las hostilidades continúan y han desplazado a más de 113 mil personas, especialmente en el sur de Líbano. Israel justifica estos ataques como represalias por las acciones de Hezbolá, aunque la comunidad internacional ha llamado a la moderación ante la creciente crisis humanitaria.
Un conflicto sin fin a la vista
El conflicto entre Israel y Líbano es solo una faceta más de la compleja dinámica en el Medio Oriente. A pesar de esfuerzos internacionales, como la Resolución 1701 de la ONU que en 2006 intentó poner fin a las hostilidades, la paz en la región sigue siendo frágil.
Las tensiones y disputas territoriales y la influencia de potencias extranjeras han convertido este conflicto en uno de los más complejos de abordar a nivel global. En el contexto de los recientes bombardeos de Irán sobre Israel, se incrementan las posibilidades de que la situación entre Hamas, Hezbolá (en Palestina y Líbano) e Irán escale hacia una guerra total, lo que podría involucrar la intervención de Estados Unidos. En este delicado panorama, es crucial que la comunidad internacional busque vías diplomáticas efectivas para mitigar la violencia y encontrar un camino hacia la paz duradera.