Este sábado, de igual manera que cada 22 de abril, se conmemora el Día Mundial de la Madre Tierra con el objetivo de hacer consciencia sobre los problemas que genera la superpoblación, la contaminación, así como otros 'crímenes' que perturban al planeta, como es el caso del cambio climático.
El Día de la Tierra se conmemora con el objetivo de concienciar a la humanidad sobre los problemas antes mencionados y la importancia de la conservación de la biodiversidad en el mundo que es nuestro hogar.
De acuerdo con información de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el cambio climático, los cambios provocados por el hombre y los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el comercio ilegal de vida silvestre, pueden acelerar el ritmo de destrucción del planeta.
¿Qué es el cambio climático y por qué debería preocuparnos?
El cambio climático hace referencia a los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos que ocurren en el planeta.
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Dichos cambios pueden ser naturales, debido a variaciones en la actividad solar o erupciones volcánicas grandes, sin embargo, desde el siglo XIX las actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático.
Los seres humanos contribuyen al cambio climático debido principalmente a la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas.
"La quema de combustibles fósiles genera emisiones de gases de efecto invernadero que actúan como una manta que envuelve a la Tierra, atrapando el calor del sol y elevando las temperaturas." explica la ONU.
Los gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático son el dióxido de carbono y el metano, los cuales son producto, por ejemplo; del uso de la gasolina para conducir un coche o del carbón para calentar un edificio.
Entre los principales emisores de estos gases están la energía, la industria, el transporte, los edificios, la agricultura y el uso del suelo.
¿Por qué debería preocuparnos?
La ONU señala que el cambio climático puede afectar a nuestra salud, a la capacidad de cultivar alimentos, a la vivienda, a la seguridad y al trabajo.
Además, apuntan que algunas personas ya son más vulnerables a los impactos climáticos, como las personas que viven en pequeñas naciones insulares y otros países en desarrollo.
Por si fuera poco, el aumento del nivel del mar y la intrusión de agua salada han avanzado hasta el punto de que comunidades enteras han tenido que reubicarse, y las sequías están creando un riesgo de hambruna.