Investigadores australianos descubrieron una herramienta para detectar el trastorno de espectro autista en un niño a partir de los 12 meses de edad, se trata de la Vigilancia de la Atención y Comunicación Social-Revisada (SACS-R, por sus siglas en inglés).
Un estudio publicado en la revista médica Jama Network Open demostró que dicha herramienta permite realizar un diagnóstico preciso a la hora de identificar a menores con autismo, lo que ayudará a brindar una terapia temprana y una mejor integración.
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En la investigación participaron 13 mil 500 niños de 11 a 42 meses de edad, provenientes de Melbourne, Australia quienes fueron monitoreados por enfermeras que recibieron una capacitación para utilizar las herramientas de SACS-R en los menores.
Los resultados mostraron un valor predictivo positivo del 83 por ciento en pequeños de entre 12 y 24 meses, y de 12 a 42 meses mostraron un valor predictivo negativo estimado del 96 por ciento.
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“El SACS-R tuvo una alta precisión diagnóstica para la identificación del autismo en una muestra comunitaria de bebés, niños pequeños y niños en edad preescolar, lo que indica la utilidad de la vigilancia temprana del desarrollo del autismo desde la infancia hasta el período preescolar en lugar de una evaluación única”, se menciona en el estudio.
La herramienta identifica un conjunto de comportamientos característicos de los niños autistas como el uso infrecuente o incoherente de gestos al saludar y señalar objetos; la respuesta a la llamada de su nombre; el contacto visual; la imitación o copia de las actividades de los demás; el compartir el interés con los demás, o el juego de simulación.
Cabe señalar que la identificación temprana de niños en el espectro del autismo es crucial para facilitar el acceso a apoyos y servicios tempranos para niños y familias.
Los expertos recalcan la importancia de implementar este tipo de herramientas en todo el mundo, pues las herramientas actuales se caracterizan por la falta de suficiente precisión diagnóstica en la identificación temprana del autismo.
“A menudo se les dice a los padres que ‘esperen y estén atentos’ cuando les preocupa el desarrollo de su hijo. Esto significa que la edad media de diagnóstico se sitúa en torno a los cuatro o cinco años, con lo que se pierden oportunidades de apoyo temprano”, señaló Josephine Barbaro, investigadora principal.
Con información de Jama Network Open