Derivado del aumento de homicidios y la violencia relacionada con el pandillerismo, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, decretó el estado de excepción a partir del sábado 26 de marzo, medida que fue aprobada por el Congreso local y suspende la libertad de asociación por 30 días.
Durante el sábado, El Salvador registró uno de los días más violentos de su historia reciente al contabilizar 62 asesinatos; en tan sólo dos días, fueron 76 homicidios. Ante esta situación, Bukele solicitó a la Asamblea decretar el llamado estado de excepción, conforme al artículo 29 de la Constitución salvadoreña.
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Con 67 votos a favor, la medida fue aprobada y publicada este domingo en el Diario Oficial, donde se suspende la libertad de asociación, el derecho a la defensa, el plazo de detención administrativa, la inviolabilidad de la correspondencia y las telecomunicaciones durante un plazo de 30 días.
A través de Twitter, Bukele pidió que se deje trabajar a la Policía Nacional Civil de El Salvador (PNCSV) y a las Fuerzas Armadas en su intento por contrarrestar la violencia de las pandillas, "y estaremos pendientes de los jueces que favorezcan a los delincuentes", advirtió el mandatario.
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Para la inmensa mayoría de las personas, la vida continúa normal (...) Servicios religiosos, eventos deportivos, comercios, estudios, etc., pueden seguirse realizando normalmente. A menos que usted sea pandillero o las autoridades lo consideren sospechoso", escribió Bukele.
Rodolfo Delgado, fiscal general de El Salvador, escribió lo siguiente tras decretarse el estado de excepción: "Cacería. El Estado y la vida de los salvadoreños se respeta. Adelante, PNCSV y Fuerzas Armadas". Aunado a esto, señaló que todos los delincuentes pagarán por sus crímenes.
El Faro, uno de los medios más críticos de El Salvador, acusó que el estado de excepción permite: "intervenir las comunicaciones sin una orden judicial" y "ampliar el plazo de detención administrativa"; no obstante, la diputada Suecy Callejas señaló que dicho lapso pasará de tres a 15 días.
Otra medida adoptada por Nayib Bukele, tras decretar el estado de excepción en El Salvador, es que los reclusos no salgan "ni al patio" y sus celdas estén cerradas 24/7, solicitud que le hizo a Osiris Luna Meza, director de centros penales, y que busca evitar posibles motines.
Con información de EFE