Las sanciones económicas impuestas por occidente a Rusia tras la invasión a Ucrania ha pegado fuerte a los bolsillos de los ciudadanos rusos, que temen el desplome de la economía nacional y una crisis financiera como la ocurrida en 1998.
En respuesta a las sanciones que incluyen el congelamiento de los activos del Banco Central de Rusia, los cajeros de aquel país se han quedado sin dinero y algunos vendedores han subido sus precios más de un 30 por ciento como medida de previsión ante un futuro económico que parece desolador.
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“Nos encontramos con que todas nuestras actividades de distribución son deficitarias. Sí, los precios han subido un 30 por ciento y no podemos decir que no habrá más incrementos”, publicó en Facebook el director de la popular cadena minorista de tecnología DNS, Dmitri Alekséyev.
El empresario explicó que además del aumento del tipo de cambio, se han introducido sanciones tecnológicas, por lo que aún no está claro cómo se entregarán muchos productos y aunque reconoció que los precios eran molestos, “es la realidad” que ha tocado vivir.
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A estas sanciones se ha sumado la salida de varios bancos rusos de la plataforma Swift, que permite la transferencia directa de dinero a través de las fronteras, por lo que muchos cajeros del país se han quedado sin dinero ante el temor de que no funcionen las tarjetas.
Esta precaución no es infundada, pues de momento las transferencias con el extranjero no funcionan, por lo que muchos expatriados que viven en Rusia desde hace años, y los rusos que viven fuera se han quedado sin la posibilidad de usar sus ahorros en rublos.
Además, el conflicto armado tendrá repercusiones para los bolsillos de los rusos de forma gradual, pues la inflación tendrá un impacto en el poder adquisitivo de los rusos.
En el pasado mes de octubre, el salario medio ruso era de 54.649 rublos al mes, según la agencia de estadísticas Rosstat, con el tipo de cambio de enero (85 rublos por euro), esto sería algo más de 640 euros mensuales, pero para este lunes ya había caído a 496 euros (con el cambio a 119 rublos).
Lo mismo ocurre con las pensiones, que tras una última revisión, llegaban a una media de 18.984 rublos, 233 euros al mes antes de la guerra, y poco más de 170 en el primer día de las sanciones. Esto, debido a que Vladímir Putin firmó una ley en enero para indexar las nóminas de los jubilados a la inflación.
Los sectores farmacéutico y de la tecnología también tendrán repercusiones que afectarán a lo ciudadanos rusos, debido a un alza en los precios de todos los medicamentos no regulados por el Estado, ya que se importan en dólares y euros, informó el presidente del holding Monastyriov.
“No podemos decir en qué porcentaje subirán, ha pasado poco tiempo aún para tener datos”, explicó Alexánder Monastyriov en su web.
Lo mismo sucederá con productos tecnológicos como Apple, muy popular en Rusia, que este lunes amaneció con una alza de 23 por ciento en los precios de sus productos y que este martes suspendió temporalmente la venta de sus productos en el país.
Aunado a ello, se prevé que una disminución en créditos a la vivienda debido al aumento en las tasas de interés de las hipotecas y un alza en los precios de los automóviles, pues 20 compañías automotrices han subido por tercera vez sus precios en lo que va de mes.
Sin embargo, la peor sanción se ve reflejada en la canasta básica de los rusos que experimentará cambios de forma más lenta, pero cuya inflación ya se encontraba había superado el 11,1 por ciento en enero, antes de que estallará el conflicto.
Además, tampoco se ven filas en las casas de cambio, donde los negocios compran euros y dólares a los precios de antes de la guerra, pero ya no venden divisas extranjeras debido a la fluctuación del rublo.
(Con información de El País)