Nadie lo imaginó, pero en minutos les cambió la vida a los mexicanos que, explican, vivían en paz desde hace años o meses en Ucrania. La historia de Áurea, Ivette y Rosalía se cuenta en las maletas que lograron sacar de Kiev, ciudad que vive la tristeza de una guerra con Rusia.
Áurea conoció a su esposo en Veracruz, México, debido a que laboró en una Base Militar del estado. Hace ocho años decidió dejar el país para continuar su vida en Ucrania; ahora, ambos decidieron separarse para darle seguridad a su hijo. Fe y esperanza es lo que la mantiene fuerte, y pide oraciones para sus familiares y amigos que no pueden salir del país que vive un conflicto bélico.
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Mi esposo sigue ahí, mis suegros siguen ahí, mi cuñada y su familia siguen ahí resguardándose también, el tiempo se nos ha hecho eterno, todos tratamos de mantenernos fuertes. Señores esto sí es cierto, no es mentira. Desgraciadamente se están perdiendo muchas vidas, vidas inocentes, tenemos la fe en regresar, fe y esperanza" , narró Aurea en entrevista en Rumania, tras ser evacuada.
Señores la vida vale oro y en este momento, Kiev, toda Ucrania, vale oro; el protegerse, hay niños pagando por la ambición de un hombre que no vale nada, no vale nada.Tengo familia tengo que mantenerme fuerte por ellos ¿a tu esposo qué le dirías? Que lo voy a volver a ver, lo sé”, añadió.
El 1 de marzo en Rumania se celebra, Martisor -la entrada de la primavera- y para conmemorarlo se obsequian regalos color rojo y blanco; esta fecha para los mexicanos también viene con un ligero regalo: tener seguridad de poder regresar a su país. Esa seguridad que, como narra Ivette, no siempre estuvo de su lado cuando viajó de Kiev a Siret, Rumania, pues había que sortear los toques de queda.
Después de qué recibimos estos mensajes de qué ya había una serie de tanques o transporte militar que iban rumbo Kiev, tuvimos que actuar rápido y tres vehículos hicimos una mini caravana y emprendimos el viaje. Hubo muchos momentos complicados, el tema de la gasolina, y donde quedarte porque en un día el toque de queda era a las ocho de la noche y en nuestro trayecto se modificó a las cinco de la tarde”, cuenta mientras sostiene a su perrita Romina, quien también viajará a México.
Rosalía Tovar, maestra de español, no lo piensa mucho y señala a un culpable: Vladimir Putin, presidente de Rusia.
Putin no vino a liberar a nadie porque no necesitábamos estar liberados, éramos felices, teníamos libertad por favor detengan esta guerra 'Claba Ykraihi' (gloria a Ucrania)”, esbozó.
En camino todavía están 18 mexicanos que salieron apenas la mañana del martes de Kiev, se espera que a mediodía del miércoles, lleguen a Siret. El embajador de México en Rumania, Guillermo Ordorica, relató lo que los mexicanos de este primer grupo vivieron:
Es un grupo que abrió la puerta, abrió camino para los que siguieron y que siguen y que estamos esperando, un grupo que se enfrentó a una frontera caótica desde el punto de vista de los tumultos, la gente está huyendo de una situación de conflicto y está saliendo para salvar la vida y su integridad física", resaltó el embajador Guillermo Ordorica.
La fila es auténticamente de kilómetros, es una fila que varía entre los 10 y 15 kilómetros de distancia, entonces podrán imaginarse la dificultad que ello entraña, a la fila de automóviles y camiones, se agrega la fila humana porque muchos de ellos que llegan en autobús o automóvil abandonan el automóvil para salir de territorio ucraniano y hacen fila para poder entrar. Es un proceso complicado y largo, pero finalmente pasan con el retraso que eso significa pero logran pasar”, agregó el embajador.
Recordemos que el gobierno federal envió un avión de la Fuerza Aérea Mexicana a Rumania para salvaguardar la integridad de los connacionales, el cual aterrizó el pasado 28 de febrero. Dicha aeronave hizo escalas en Canadá e Irlanda, en un vuelo de 20 horas, para alejar a los mexicanos de la zona de conflicto entre Rusia y Ucrania.