La Universidad de Hong Kong, en China, publicó un estudio donde se encontraron evidencias de que los hámsteres pueden contagiar de COVID-19 a los humanos, en especial, la variante Delta. Esto llevó a que por lo menos 2 mil roedores fueran sacrificados por representar un riesgo a la salud pública.
El estudio recogido por la revista científica The Lancet determina que la mitad de los hámsteres de una tienda de mascotas dieron positivo a la variante Delta del COVID-19, además del dependiente de una tienda de mascotas, según unas pruebas realizadas el 21 de noviembre de 2021.
En la tienda de mascotas no sólo había hámsteres, sino también conejos, chinchillas, cobayas y ratones -todos roedores-, aunque ninguno de estos ejemplares dio positivo a la prueba del virus SARS-CoV-2. En todos estos recolectaron muestras de sangre e hisopos virales para su análisis en laboratorio.
Los científicos se alarmaron que la variante Delta (AY.127) estuviera en los hámsteres antes de que siquiera hubiera transmisión comunitaria en Hong Kong.
Los especialistas concluyen que los hámsteres se contagiaron de manera independiente, pero "provocar infecciones en los seres humanos".Aparte de que los hámsteres fueron la probable fuente que detonó la transmisión comunitaria en Hong Kong y la fuente de futuros eventos de transmisión.
Apenas en enero de 2022, la secretaria de Salud de Hong Kong, Sophia Chan, confirmó que el empleado y un cliente de una tienda de mascotas fueron infectados de COVID-19, luego de estar en contacto con hámsteres. Por esta razón, solicitó que 2 mil hámsteres fueran sacrificados; la mayoría habían sido importados de Países Bajos.
En enero de 2022, Hong Kong empezó a sufrir una nueva oleada de contagios impulsada por las variantes Delta y Ómicron del COVID-19, luego de tener bajas cifras de contagios comunitarios.