Este sábado falleció el Papa emérito Benedicto XVI a los 95 años de edad, después de presentar problemas de salud en días recientes, por lo que el vaticano reveló el testamento que dejó el pontífice tras su partida, el cual redactó desde el 29 de agosto del 2006.
En dicho testamento espiritual, el Papa se mostró agradecido con Dios por su vida e incluso pidió perdón a todos aquellos a quienes pudo haber dañado.
¿Qué dice el testamento de Benedicto XVI?
El Papa emérito comenzó con unas palabras en las que recordó su vida y las décadas que ha vivido por lo que agradeció a Dios, a quien los ha guiado en sus "momentos de confusión".
"Si en esta hora tardía de mi vida miro hacia atrás, hacia las décadas que he vivido, veo en primer lugar cuántas razones tengo para dar gracias. Ante todo, doy gracias a Dios mismo, dador de todo bien, que me ha dado la vida y me ha guiado en diversos momentos de confusión; siempre me ha levantado cuando empezaba a resbalar y siempre me ha devuelto la luz de su semblante.", expresó Benedicto XVI.
Así mismo, realizó una retrospectiva en la que dijo comprender "los tramos oscuros y agotadores de este camino" que fueron para su salvación y que fue en ellos donde Dios lo guió bien.
Además, agradeció a sus padres por darle la vida en una época difícil y que, "a costa de grandes sacrificios, con su amor prepararon" para él un magnífico hogar.
"La clara fe de mi padre nos enseñó a nosotros los hijos a creer, y como señal siempre se ha mantenido firme en medio de todos mis logros científicos; la profunda devoción y la gran bondad de mi madre son un legado que nunca podré agradecerle lo suficiente." redactó.
Expresó que su agradecimiento con su hermana, que lo asistió durante décadas con afectuoso cuidado y a su hermano, quien también lo acompañó, y que sin ellos no habría podido encontrar la senda correcta.
"De corazón doy gracias a Dios por los muchos amigos, hombres y mujeres, que siempre ha puesto a mi lado; por los colaboradores en todas las etapas de mi camino; por los profesores y alumnos que me ha dado." añadió.
De igual manera dio las gracias al pueblo de su patria porque en él experimentó una y otra vez "la belleza de la fe". Y, por último, volvió a agradecer a Dios por toda la belleza experimentó en todas las etapas de su vida, pero "especialmente en Roma y en Italia".
"A todos aquellos a los que he agraviado de alguna manera, les pido perdón de todo corazón.", mencionó el Papa emérito.
Indicó que ha visto muchas cosas en su camino y que la fé es algo que siempre vuelve a surgir, pues Jesucristo es "el camino, la verdad y la vida", y la Iglesia es su cuerpo.
Por último, pido a los creyentes que se mantengan con fé y humildemente recen por él, para que el Señor, a pesar de todos sus "pecados y defectos", lo reciba en la "morada eterna".