Aunque se ha mencionado en reiteradas ocasiones que la variante del COVID-19 llamada Ómicron genera una sintomatología leve en quien la padece, esto no sería del todo cierto, al menos no en aquellas personas que decidieron no vacunarse contra el virus del SARS-CoV-2.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista científica Nature, las personas no vacunadas tienen cinco veces más probabilidades de ser hospitalizadas debido a la infección por este nuevo genoma.
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Lo anterior en comparación con las personas que recibieron dos dosis de la vacuna de Pfizer, por lo que se ha demostrado que Ómicron sí puede convertirse en una enfermedad grave en pacientes que decidieron no recibir la inmunidad.
Por lo tanto, el riesgo de ser hospitalizado por complicaciones en la salud derivadas del COVID-19 sí es posible con la variante descubierta en Sudáfrica; sin embargo, esto podría prevenirse en gran medida gracias a la vacunación.
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Este estudio también observó la evolución en la salud de aquellos pacientes vacunados que sí requirieron hospitalización, para lo cual, se analizaron las infecciones emergentes observadas durante las olas de Beta, Delta y Ómicron.
Dado que todos los participantes fueron vacunados, “se puede suponer que sus niveles de inmunidad preexistente no eran tan diferentes”, esto debido a que durante las infecciones Beta y Delta en Sudáfrica, el 43 por ciento de los pacientes internados necesitaron oxígeno suplementario, y entre el 7 y 8 por ciento necesitaron ventilación.
Mientras que durante la variante Ómicron sólo el 16 y el 0.2 por ciento necesitaron oxígeno y ventilación, respectivamente. Además, la mediana de la duración de la hospitalización fue de cinco a seis días con Beta y Delta, y de sólo tres días durante el genoma actualmente predominante.
Con información de Nature