Ante el crecimiento incontrolable de la cuarta ola de contagios por la variante Ómicron del COVID-19 que ha acelerado también el ritmo de la aplicación de dosis de refuerzo, la incertidumbre sobre la efectividad de las vacunas también incrementa.
Una muestra de ello, es que a pesar del elevado número de contagios, que este sábado llegaron a una cifra récord de 27 mil 113 en sólo 24 horas, las vacunas han demostrado contener la mortalidad con sólo 227 muertes.
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Los datos de países como España y los análisis minuciosos del Reino Unido han confirmado que las vacunas son efectivas contra la nueva variante, aunque su efecto decae con el tiempo y se recupera con las dosis de refuerzo, de acuerdo con el diario El País.
La mejor información en España, precisó, la ofrece Cataluña, que muestra datos desglosados por situación vacunal, en los que se puede comprobar que la mortalidad de personas de 70 u 80 años es cinco veces mayor para los no vacunados que para los inmunizados.
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Esta tendencia fue calculada con base en los datos obtenidos del 23 de diciembre al 12 de enero por cada 100 mil habitantes.
Algo similar ocurre en otras edades, afirma el medio, pues en el mismo periodo se han registrado 50 muertes por cada 100 mil personas entre los no vacunados de 70 a 79 años, mientras que entre los inmunizados la cifra es de sólo 10 por cada 100 mil es decir, cinco veces menos.
En cuanto al grupo de 60 a 69 años la diferencia es similar: la mortalidad de los no vacunados es de 15 muertes por 100 mil personas; para los vacunados, en cambio, se reduce a 5,5 por 100 mil.
La efectividad de las vacunas también se nota en los hospitales y en las unidades de cuidados intensivos, pues para las personas vacunadas entre 70 y 79 años la probabilidad de acabar ingresado es casi seis veces menor que para los que no han recibido ninguna dosis.
En contraparte, la opción de llegar a las Unidades de Cuidados Intensivos tras infectarse por COVID-19 es hasta diez veces menor en el primer grupo que en el segundo.
Esta situación se repite en países como Italia, donde la sexta ola sigue un ritmo parecido al de España, cuya brecha entre vacunados y no vacunados es evidente y se mantiene en el tiempo. La probabilidad de ingresar en el hospital es diez veces más alta para los no vacunados de 60-79 años, cifra similar a la de Suiza.
Las dosis de refuerzo recuperan protección
En Reino Unido, la Agencia por la Seguridad Sanitaria (HSA) analizó a detalle más de medio millón de contagios de Ómicron en las últimas semanas de 2021, para lo cual tomó en cuenta factores que pueden influir en la probabilidad de contagio e ingreso de los vacunados y los no vacunados, desde donde viven hasta si han adquirido antes el virus.
Los resultados arrojaron que las vacunas siguen protegiendo a los inmunizados y que lo hacen especialmente de la enfermedad grave, pero también observan una pérdida de efectividad con el paso de las semanas.
Tras recibir la segunda dosis, la efectividad de las vacunas contra el ingreso ronda el 72 por ciento, pero baja al 52 por ciento en seis meses y tras la dosis de refuerzo se vuelve a elevar la protección hasta 90 por ciento para los mayores de 65 años, por ejemplo.
El estudio observó que la nueva variante es muy capaz de infectar a los vacunados, pero la efectividad de dos dosis sigue evitando infecciones sintomáticas que podrían caer casi a cero pasados seis meses, mientras que con delta se mantenía en el 40 por ciento.
Incluso tras la dosis de refuerzo, la efectividad contra Ómicron es parcial, en tasas de entre el 40 y 60 por ciento, de nuevo con cifras peores de la que lograban contra Delta del 90 por ciento.
Sin embargo, se ha encontrado tasas de contagio brutas que son parecidas para personas vacunadas o sin vacunar o incluso peores para el grupo vacunado frente a quienes no han recibido ninguna dosis, lo que se podría explicar si entre los no vacunados hay mucha más gente que está inmunizada de forma natural por una infección previa.
Este último extremo puede explicar que algunos estudios encuentren efectividades aparentemente negativas, como ocurre en los informes de Reino Unido, un estudio preliminar en Dinamarca e Islandia, donde la incidencia es más alta en la población vacunada, sin dosis de refuerzo, que entre los no vacunados (5 mil 600 casos en 14 días por 100 mil personas, frente a los 4 mil del grupo no vacunado). Eso sí, la menor incidencia se da entre los islandeses con tres dosis.
Lo mismo se repite en los datos de Cataluña: en noviembre la incidencia era menor para los vacunados que para los no vacunados en todas las edades, pero con la llegada de Ómicron, entre los menores de 50 años, que apenas han recibido terceras dosis, las tasas de contagio parecen ser superiores en los vacunados.