El “Brinco del Chinelo” o “Danza de los Chinelos” es muy conocida en México y es parte fundamental de las tradiciones del Estado de Morelos.
Está catalogado como un baile folclórico cuya motivación hace referencia a las rencillas entre los conquistadores españoles y la cultura indígena. Es en esencia una burla disimulada. Las máscaras de alambre tejido simulan las caras de los “gachupines”, ojos azules o verdes, tez blanca y barba.
El “Brinco del Chinelo” consiste en saltar ágilmente con la punta de los pies, con movimientos ligaros de la cadera para dar la impresión de ser títeres manipulados por hilos. Los danzantes saltan con vigor y avanzan dando vueltas con lentitud. Esto pude durar por varias horas y centrarse en una plaza o realizar un recorrido lento a través de las calles.
El líder la comparsa ondea la bandera y se espera que la población acompañe la danza.
El “brinco” sirve para sacar las tensiones y escaparse. En Morelos es típico del carnaval y de fiestas. Banda de viento, alcohol, adrenalina y alegría son sus acompañantes.
Se necesita una gran fuerza física para realizar el “Salto del Chinelo” que suele durar incluso varias horas a pleno rayo del sol. Se rumora que algunos de los integrantes de las comparsas utilizan alcohol y sustancias psicotrópicas para poder aguantar el esfuerzo físico y la deshidratáción.
Esta danza folclórica y su vestuario han sido adoptados por otras regiones de México, sin embargo, hay que aclarar que fuera de Morelos son utilizadas en fiestas religiosas o patronales, como signo de devoción cristiana y/o guadalupana.
Danza, música y vestuario son inseparables. El “traje de chinelo” está compuesto por la túnica, la máscara, el gorro y algunos accesorios como la “volanta” y la bandera.
La danza y la música son siempre los mismos. Las variaciones están en el vestuario, según las tres principales regiones donde se baila: Tlayacapan, donde se dice que se originó esta tradición; Tepoztlán el lugar más famoso y Yautepec, el lugar más bullicioso.
Tlayacapan
La vestimenta de los chinelos de Tlayacapan es la más sencilla. La túnica es de algodón blanco que van de los hombros a los tobillos, con tres cintas de color azul intenso en la parte inferior y en las mangas. Una aplicación en la parte superior más amplia, también color azul rey.
El sombrero es corto y poco abombado. Los adornos son pocos y las aplicaciones de chaquira y lentejuela son escasas.
El sombrero se adorna con plumas de colores y no se usan guantes.
Tepoztlán
El manto es de terciopelo negro, es posible verlo en otros colores, pero no es parte de la costumbre. En la parte superior y en las mangas se adornan con aplicaciones blancas.
Siempre se utilizan guantes de algodón, blancos o negros. En la espalda se utiliza una especia de capa llamada “volanton”. El sombrero es cónico y alto.
Tanto el “volantón” como el sombrero contienen intrincadas aplicaciones bordadas de chaquira y lentejuelas. Algunos de ellos son verdaderas obras de arte pues contiene paisajes, retratos de santos, ilustraciones tradicionales. Los diseños empleados en cada chinelo es único.
Yautepec
El traje de chinelo de Yautepec es el más colorido y espectacular; llegando a la exageración.
La túnica es de terciopelo negro. El sombrero el alto y puede ser doble. Las plumas avestruz son abundantes y se usan unas tiras multicolores.
Los trajes de chinelo llegan a pesar hasta 40 kg. debido principalmente a la gran cantidad de chaquira, chaquirón y lentejuela bordada. Esto hace que sean más decorativos que prácticos para bailar por lo que el tiempo del “brinco” es menor.
El “Brinco del Chinelo”, de Morelos para el mundo, una tradición que lleva alegría y colorido. Alma del carnaval tlahuica.