La Revolución Mexicana de 1910 fue una “revolución social” y su mayor aporte fue la Constitución de 1917.
Por primera vez en la historia, México contó con un marco legar, jurídico que le permitiría un desarrollo social de manera equitativa. Y es que las anteriores leyes tenían en gran defecto de que privilegiaba a ciertos sectores sociales, en especial a los más ricos y desprotegía a los más pobres.
La Constitución de 1917 contiene muchos artículos de corte social pero en particular aborda el espinoso problema de la “tenencia de la tierra”, ¿Quién es el dueño de la tierra? Sobre todo la productiva o cultivable.
El Plan de Ayala es el precursor del Artículo 27 de la Constitución Mexicana que rige la legalidad el día de hoy en materia agraria.
Originalmente el Artículo 27 no hacía mención de los pueblos indígenas originarios, pero la Reforma Agraria Post Revolución permitió muchos pueblos y comunidades recuperan sus tierras.
La Ley Lerdo
La historia del agrarismo moderno mexicano tiene antecedente en la Ley Lerdo de 1856.
Decretaba la venta a particulares de las propiedades rurales de la iglesia católica y las corporaciones civiles, con el fin de fomentar la actividad económica, crear una clase media rural y obtener impuestos de la misma.
Aprovechando esta ley se crearon muchos latifundios pues la tierra se vendía al mejor postor y los pobres no lograron obtener nada.
La gente común y corriente y la más pobre se vieron obligada a alquilarse por salarios míseros y condiciones de casi esclavitud a los caciques o grandes latifundistas. Todo esto sucede durante el porfiriato.
El Zapatismo
Hacia 1910 con el Plan de San Luis emitido por Francisco I. Madero, se hace la promesa de repartir la tierra entre la población y sobre todo a los pueblos indígenas.
Porfirio Díaz es derrotado y Madero “se hace el loco” en el tema de la repartición de tierras, pues teme el descontento de los poderosos terratenientes.
Emiliano Zapata inició “la Revolución del Sur” y originalmente apoyó a Madero en contra del régimen anterior, pero al ver la negativa de Madero de repartir las tierras se rebela e inicia su propio movimiento revolucionario.
Zapata sabe que necesita un fundamento sólido que dé validez a su lucha, por lo que le encarga al maestro Otilio Montaño que plasme su ideología en lo que hoy conocemos como el “Plan de Ayala”.
El Plan de Ayala
Es un manifiesto que fue promulgado el 28 de noviembre de 1911 en un pequeño pueblo y publicado el 15 de diciembre del mismo año.
“los zapatistas llaman a las armas para restituir la propiedad de las tierras a los campesinos, pues se sostiene que las tierras le habían sido arrebatadas al pueblo por caciques, hacendados y terratenientes, y deben ser devueltas a sus dueños originarios”
Se cuenta que Emiliano Zapata hizo la primera repartición de tierras, según lo marcaba el “Plan de Ayala”, a campesinos de Ixcamilpa, en el estado de Puebla.
Zapata fue asesinado el 10 de abril de 1919 y Otilio Montaño el 18 de mayo de 1917, pero su legado continúa hasta el día de hoy.
En conmemoración de este documento tan trascendente en el agrarismo mexicano y morelense muchas colonias y calles llevan este nombre. Basta mencionar que una de las principales avenidas de Cuernavaca se llama "Av. Plan de Ayala".
Así que ya lo sabes la lucha revolucionaria no fue en vano, pues a través del Plan de Ayala se logra una mayor justicia en la Reforma Agraria y el objetivo de lograr una vida más justa para los mexicanos.