La Cueva de los Murciélagos es uno de los sitios más enigmáticos de Nuevo León y que encierra algunas leyendas urbanas que se han contado a lo largo de los años.
Por su valor al medio ambiente, recientemente fue declarado oficialmente como santuario biológico.
Sin embargo, la caverna cuenta con varios misterios que han mantenido el suspenso entre los regiomontanos y los turistas que la visitan cada año en la Sultana del Norte.
¿Dónde se localiza la Cueva de los Murciélagos?
La Cueva de la Boca, mejor conocida como Cueva de los Murciélagos, se localiza a 36 kilómetros del centro de Monterrey.
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El acceso principal está justo después de la Presa La Boca, en el Pueblo de Mágico de Santiago, que se puede llegar a través de la Carretera Nacional.
Con una gran cantidad de árboles, aire limpio y varios negocios que ofrecen snacks forman parte de los atractivos para poder disfrutar de una caminata en la zona.
Alrededor de las cinco o seis de la tarde, es el momento ideal para observar a los murciélagos salir de la cueva que encierra varios misterios.
¿Cuál es la leyenda urbana de la Cueva de los Murciélagos?
De acuerdo a cronistas regiomontanos, la Cueva de los Murciélagos era una mina en la antigüedad y la cual fue clausurada.
Sin embargo, con el pasar de los años, sigue siendo el hogar de varias leyendas a su alrededor.
Entre ellas, se encuentra la de un hombre que ocultó su tesoro y fortuna en la cueva, pero pocos conocen esta historia.
Se trata del oro escondido por un popular ladrón conocido como Agapito Treviño, quien aterrorizaba a los ricos de la Sultana del Norte en el siglo XIX y su refugio para escapar de las autoridades era dentro de esta cueva.
Sin embargo, hasta ahora, nadie ha podido localizar el tan famoso tesoro en la Cueva de los Murciélagos.
Declaran santuario a la Cueva de los Murciélagos
Por su valor al medio ambiente, el gobierno de Nuevo León declaró a la llamada Cueva de los Murciélagos oficialmente como santuario ecológico.
En el lugar, conviven más de cinco millones de ejemplares de ocho especies diferentes, que cada atardecer pueden observarse cuando salen buscar su alimento.
“Desde el 2006, ha habido múltiples intentos para que esta cueva fuera ya jurídicamente un santuario”, explicó Samuel García, gobernador de Nuevo León.
Por ello, la Cueva de los Murciélagos, ya es considerado un lugar con tanta importancia ecológica, histórica y cultural a nivel nacional.