Los restos de una acerera como hornos, chimeneas y naves industriales dieron vida a lo que hoy es el Parque Fundidora.
Tras el colapso de la Compañía Fundidora de Hierro y Acero de Monterrey en la década de los ochenta, las autoridades de Nuevo León lo convirtieron en un gran complejo verde en medio de la selva urbana.
Con la plantación de miles de árboles y varios espacios culturales convirtieron al Parque Fundidora en un "pulmón urbano" junto con unas "piramides de acero" que solo quedan como vestigio de la primera siderúrgica de América Latina.
¿Cómo surge el Parque Fundidora?
La Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey fue fundada el 5 de mayo de 1900.
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Durante 60 años, la empresa se dedicó exclusivamente a la elaboración de artículos de fierro y acero no planos.
A partir de la década de los sesenta, inició con la producción de aceros planos y se construyó el Alto Horno No. 3 que se convirtió en una de las obras arquitectónicas industriales mas reconocidas en América Latina y alberga al día de hoy el Museo del Acero.
Sin embargo, la devaluación económica, deudas financieras y los problemas sindicales terminaron con la quiebra de la empresa en 1986.
Tres años después, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología de Nuevo León inició el proyecto de un plan maestro que se convirtió en el Parque Fundidora.
Parque Fundidora: el pulmón urbano de Monterrey
El Parque Fundidora cuenta actualmente con 70 hectáreas verdes que lo convierten en el parque central de Monterrey.
Además, se han creado otros espacios culturales como el Museo del Acero, el Centro de las Artes, la Cineteca, el Patinadero de Hielo, la Casa de los Loros, entre otros.
Cada año, 6.5 millones de personas visitan el parque ya sea para realizar alguna actividad física o dar un paseo dominical.
El 10 de julio del 2006, el Parque Fundidora se convierte en un organismo público descentralizado.
Sin embargo, esto trajo consigo, la realización de eventos masivos como festivales de música que han provocado el descontento de organizaciones ecológicas por el daño a las áreas verdes.
De cualquier manera, el Parque Fundidora se ha convertido en uno de los sitios emblemáticos de Nuevo León que sigue resguardando la "arqueología industrial" en donde conviven en un solo lugar el pasado y el presente.