Las primeras fotografías que se conservan de Mazatlán tuvieron como protagonista al que ha sido para muchos el punto más bello del Pacífico Mexicano: Olas Altas, en Mazatlán, al sur de Sinaloa.
Desde Playas de Tijuana a Tapachula, no hay marco más perfecto y tradicional para una fotografía que este paseo de alrededor de un kilómetro de extensión, rodeado de dos miradores naturales que lo enmarcan, el cerro del Vigía y el de la Nevería.
No hay tampoco punto con más historia, a esta bahía llegaron los franceses con ánimo de conquista, acá se peleó la Revolución y se embarcaron sus soldados tanto victoriosos como derrotados, en estas calles vinieron a hablar los que después serían presidente y también se vivieron carnavales con saldo trágico; todo frente a un malecón idílico que no parece avisar los sucesos que ha vivido.
La vida de zona de Olas Altas, sin duda, gira en torno a ese malecón, donde hoy miles de personas se congregan, sobre todo las noches de fin de semana.
Fue construido en su primera versión en 1876 y a partir de ahí se convirtió en punto de encuentro de seres de todo el mundo. En ese malecón convivieron oleadas migratorias, sobre todo de alemanes, españoles, estadounidenses y de chinos, que dotaron a Mazatlán de una vitalidad económica notable en muchos edificios que todavía permanecen en este distrito turístico que, a diferencia de otros puntos de la ciudad, tiene más de Pueblo Mágico que de resort de alta gama, con un sentimiento de barrio y orgullo único para los mazatlecos.
Entre esos edificios de Olas Altas destaca el hotel Belmar, construido en 1920 por Louis Bradbury, propietario de la riquísima mina de Tajo en Rosario. Al cumplir un centenario este 2022, se recuerda que en sus patios se escribieron historias sorprendentes, la más particular, sin duda, el asesinato del Gobernador de Sinaloa, Rodolfo T. Loaiza un sábado de carnaval de 1944.
¿Qué hacer en Olas Altas?
El atractivo natural es visitar la playa de Olas Altas, ya sea para bañarse, tomar el sol o surfear en las olas que le dan su nombre. A diferencia de otras zonas de la ciudad acá la experiencia es más bohemia, basta tirarse a la arena y disfrutar del día.
La experiencia acá se da caminando desde la zona del clavadista hasta el inicio del paseo del centenario, saludando a las estatuas de ídolos locales como Cruz Lizárraga, Ferrusquilla y Pedro Infante, caminando con los Beatles en el nuevo callejón Liverpool o bien cerrado con la foto de siempre en el escudo de Sinaloa.
Bien vale adentrarse al Hotel Belmar o al museo de arte a unos pasos del malecón o visitar todos los atractivos del Centro Histórico (que son decenas) y están a unos pasos de Olas. Comida: la que gustes, pero preferible la mazatleca con mariscos como elemento central o la famosa "cena" con antojitos mexicanos o delicatessen porteño como asado, tostadas y gorditas de toque único local. Ahora, que también hay tacos de carne asada espectaculares a solo unos pasos y variedades únicas de todas partes del mundo.
¿Cómo llega a Olas Altas?
Bueno, la pregunta no tiene pierde, todos los caminos en Mazatlán te llevan a Olas Altas.