Mazatlán fue, hasta la inauguración de la Autopista a Durango, un destino eminentemente tradicional, cuyos momentos de mayor recepción de turistas eran los de siempre: la semana de carnaval, semana santa, el caluroso verano y diciembre, pero ahora ha llegado un Acuario nuevo.
Los mazatlecos tenían un término propio para designar los ciclos turísticos: “el piojillo”, que se vivía de agosto a finales de octubre. Antes de la llegada de los grandes contingentes de turistas americanos por carretera o en meses sin actividad como enero, los hoteles decían adiós a muchos de sus colaboradores que se iban a otros empleos, en un bucle que al menos por tres décadas pareció interminable.
En medio de ese tenor de claros y oscuros en materia turística, el Acuario de la ciudad, que había sido creado en 1980 ante la necesidad de atractivos, encontró su supervivencia con espectáculos de lobos marinos, un aviario y toda una serie de eventos que a la fecha son del agrado de miles de visitantes. No solo ello, ha sido también centro de investigación y, particularmente, un refugio para la tortuga marina en México.
Pero a ese Acuario ya no le cabe un alfiler, se quedó pequeño ante el éxito de la carretera reclamada tantos años por los hoteleros mazatlecos y los empresarios duranguenses. El turismo masivo, sobre todo del norte de México, que se estima en más de dos millones de turistas al año, reclamaba algo más ambicioso, más atractivo y quizás hasta más monumental.
La respuesta ha sido El Nuevo Acuario de Mazatlán, que se encuentra en este momento en un 90 por ciento de su construcción y todo indica que el arranque operaciones será el próximo mes de enero. Guillermo Zerecero Velo, director general del proyecto, estimó que su construcción finalice para noviembre, posterior a ello iniciarán con el periodo de pruebas para después inaugurarlo.
“Se está terminando de instalar y comenzando las pruebas de los equipos de soporte de vida, se está empezando a habilitar las áreas de cuarentenas para recibir posteriormente a las especies que van a estar en el recinto, eso es en lo que se está trabajando principalmente. Estamos entre los finales del año e empezando el próximo”, señaló
El Nuevo Acuario de Mazatlán, que sus desarrolladores aseguran se convertirá en el más grande de América Latina, está dedicado al Mar de Cortés y se encuentra en los terrenos del denominado Parque Central de la ciudad, prácticamente enseguida del antiguo Acuario.
La obra de la sinaloense Tatiana Bilbao, de estilo arquitectónico “brutalista”, pero bajo el manto de la naturaleza, da la impresión de ser creada por el paso del tiempo, donde los peces invaden el edificio y toman posesión del mismo.
La obra está dedicada en buena parte al Mar de Cortés: “el acuario del mundo”, como le llamó Jacques Cousteau; tendrá 19 salas de exhibición, un tanque oceánico de materiales japoneses y unas vistas espectaculares de la ciudad en su nuevo mirador, garantizando la foto perfecta para sus visitantes.
La investigación y la educación no se dejan de lado, ya que habrá una fundación y un Centro de Investigación de Vida Marina continuando la tradición y conectando con el viejo Acuario.
¿Cuándo abrirá el Nuevo Acuario de Mazatlán?
La nueva atracción de la ciudad asegura estar lista para finales de este año o principios de enero y se espera la visita del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para inaugurarlo. El precio de la entrada, según informaciones, rondará los $260, no muy alejado de la entrada actual.