Isla Pardito es uno de los rincones más preciados de Baja California Sur, un espacio solitario rodeado de naturaleza y una arena parda donde habita un pequeño grupo de pescadores rivereños. Está situada a 150 kilómetros al noreste de La Paz, entre las islas San Francisco y San José. Es una de las pocas islas habitadas en el Golfo de California
Este maravilloso lugar fue descubierto en 1916, cuando Juan Cuevas Ramírez oriundo de La Paz, decidió buscar una isla solitaria donde vivir, luego de buscar un sitio donde asentarse, tras días de navegar a remo y vela, explorando costas e islas cercanas a su ciudad natal, encontró este islote que decidió nombrar “El Pardito” por el color de su tierra.
Por un periodo, Cuevas Ramírez vivió solo en este lugar, cuenta la historia que el joven fue uno de los últimos buceadores de perlas. Al poco tiempo de vivir en esta zona conoce a Paula Díaz y decide llevársela al lugar solitario, así es como se empezó a poblar El Pardito.
Al existir una gran demanda en productos del mar que ha llevado a que el ecosistema marino resulte depredado, en este lugar surgió la idea de crear refugios pesqueros, una iniciativa que consiste en que los pescadores aparten ciertos puntos donde normalmente realizan sus actividades como sitios de veda, especialmente aquellos donde se da en mayor medida la crianza y reproducción de algunas especies clave para el equilibrio marino, con esto aumentar la demandan de producto.
Pescadores trabajan en conjunto con las autoridades de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca de México (CONAPESCA), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y la Asociación Civil Niparajá, llevando a cabo acciones de extracción en estos refugios pesqueros para que el ecosistema florezca y con ello, crear un impacto positivo a la vida marina, así como a su trabajo de pesca que es su sustento.
A su vez, buscan con este programa que santuarios pesqueros pasen a poblar las zonas que se encuentran vacías debido a la pesca ilegal, brindándole a los pescadores la oportunidad de conseguir una pesca más abundante, pero asegurando que una parte del ecosistema que les da sustento se encuentre protegido y sea el suficiente, siempre cuidando la vida marina.
Con visor, aletas, cuchillo y gancho, pescadores de la zona logran pescar: callo de hacha, almeja reina, madreperla y caracol burro. Todo para el consumo de las mismas familias que habitan en esta isla o del turismo que llegue, también exportan grandes cantidades de pescado a La Paz.
Pobladores aseguran que, años atrás era más fácil pescar debido a que se encontraban todo tipo de pesca, conforme pasan los años van encontrando menos peces, situación que les ha llevado a cuidar y valorar el mar y especies marinas debido a que, son el principal sustento de familias que habitan en “El Pardito”.
Pobladores van y vienen en sus lanchas, aunque el camino es cansado, no se dan por vencidos y tratan todos los días de pescar grandes cantidades para transportar a la ciudad de La Paz.
Puedes visitar este sitio que pertenece al municipio de La Paz, aunque debes saber que, en el Pardito no hay hoteles ni restaurantes, si deseas conocer el lugar puedes acampar, conocer a pescadores que se encuentran habitando en el lugar y degustar de la pesca que estas mismas personas obtienen, aprovechas y comes saludable.
El Pardito es un ejemplo de la pesca sostenible, además, de lucha por cuidar el ecosistema.
A inicios de la pandemia, el proyecto “El Color de la Memoria” del fotógrafo Leonardo Luna y el artista plástico Ulises Martínez, retrataron la historia de pescadores que habitan en este paraíso, donde pobladores señalan que se les ha llamado locos por vivir en una zona apartada, pero aseguran que viven felices y tranquilos alejados del peligro y la contaminación que se genera en las grandes ciudades.