Guadalajara

LEYENDAS

La casa de los Perros: Morada histórica, donde el cura Hidalgo moldeó el movimiento de Independencia

Esta edificación trascendental cuenta con peculiaridades únicas, ademas de su atractiva construcción, relata una famosa leyenda, se convirtió en imprenta y ahora es catalogada como monumento histórico por el INAH.

La casa de los Perros.Créditos: Jalisco Adventours
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En toda ciudad capital de nuestro hermoso México abunda la belleza arquitectónica.

Guadalajara, Jalisco no es la excepción pues en el centro histórico hay hermosas edificaciones que dan cuenta de paso del tiempo y del cómo vivían las familias de siglos pasados; una de estas casas cuenta con una particular leyenda y se convirtió en un museo abierto a todos los visitantes: es la conocida como Casa de los Perros.

Fachada del Museo del Periodismo y las Artes Gráficas (MUPAG)  en la Casa de los perros | Créditos: Cultura Gdl

Ubicada en el Paseo Alcalde y apenas a un par de cuadras de la Catedral de Guadalajara, la Casa de los Perros ha llamado la atención de generaciones y generaciones de tapatíos. Su característica principal es el ornamento que se encuentra en las cornisas de la segunda planta pues en cada esquina se colocaron esculturas de perros raza pointer inglés.

Según los anales de la historia, las peculiares esculturas fueron colocadas a petición de Doña Ana, esposa de Don José Fruto Romero, un adinerado comerciante de café que poseía la finca a finales del siglo XIX.

Uno de los dos perros guardianes de la Casa de los Perros y que son origen de parte de la leyenda | Créditos: twitter/PabloLemus

Son precisamente esas esculturas parte de la leyenda, pues se dice que algunas noches se escucha un ladrido y que el hocico de los perros cambia de posición, pero quizá lo más escalofriante de la leyenda se debe a la famosa herencia de esta casa.

Se dice que en los tiempos del porfiriato Doña Ana escapó de la casa en compañía del mayordomo, esto provocó profunda tristeza a Don Jesús quien a las semanas enfermó de una rara enfermedad. Los médicos de la época no supieron diagnosticarle por lo que su estado agravó. Cuando agonizaba, Don Jesús dispuso en su testamento que dejaba la casa para cualquiera que acudiera a rezarle una novena en donde serían depositados sus restos una vez que muriera: el panteón de Mezquitán.

Panteón de Mezquitán en Guadalajara, donde descansan los restos de Don Jesús | Créditos: twitter/VictorSanoro

La condición era además que los rezos debían realizarse a la media noche y que quien se atreviera a entrar al camposanto lo hiciera acompañado solo del rosario y una vela para alumbrar su camino entre las tumbas. Al morir Don Jesús, comenzó a expandirse entre los habitantes de Guadalajara la particular petición; para muchos era una excentricidad de una persona rica y pudiente y para otros, la petición de un hombre angustiado por la salvedad de su alma.

En aquellos años, los veladores del panteón de Mezquitán contaban que en más de una ocasión permitieron la entrada de algunos intrépidos que buscaban heredar la Casa de los Perros, pero ninguno logró llegar al mausoleo donde descansaban los restos del comerciante de café. Aseguraban que en su camino escuchaban lamentos y que buscando adelantar la letanía de rezos comenzaban el rosario y de pronto una voz les respondía, en ese momento decidían correr y salir del panteón.

En la segunda mitad del siglo pasado la Casa de los Perros fue usada como restaurante, sala de arte y hasta academia de estudios.

Patio central de la Casa de los Perros, hoy Museo del Periodismo y las Artes Gráficas (MUPAG) | Créditos: GDLCapitalbook

Quiénes eran los dueños fue parte de un secreto que muy pocos conocen, en el año 1994 el ayuntamiento de Guadalajara adquirió el inmueble para ese mismo año inaugurar ahí el Museo del Periodismo y las Artes Gráficas (MUPAG) en donde la radio, el cine, la televisión y el periodismo encuentran cabida y se cuenta su historia. 

La decisión del por qué instalar un museo de estas características en este sitio se debe a que, a inicios del siglo XVIII, en ese mismo sitio -aunque en una edificación distinta- se encontraba ahí la imprenta que vio nacer El despertador Americano, el primer periódico insurgente en donde el cura Miguel Hidalgo plasmó sus ideas que dieron origen al movimiento de independencia de México. 

Parte de la exposición permanente en el Museo del Periodismo y las Artes Gráficas (MUPAG) en la Casa de los Perros | Créditos: twitter/EduardoLomeli

La Casa de los Perros es catalogada como monumento histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).