En los últimos días, la noticia de que los microplásticos no solo están contaminando los océanos, sino que también están presentes en cosas tan simples como las bolsitas de té, ha causado bastante alarma por sus efectos en la salud. Pero, en qué otros lugares de la casa podrían estar?
¿Dónde están los microplásticos?
Puede que la palabra te suene un poco extraña y, si se trata de plástico, ¿cómo es que puede acabar en tu comida? Para explicarlo mejor, el Gobierno de México comenta:
“Estos microplásticos provienen de muchas fuentes, entre ellas: fibras sintéticas de ropa, productos de belleza (maquillaje), productos de limpieza (detergentes, limpiadores), productos de higiene personal (cremas exfoliantes, pastas de dientes, jabones), medicamentos, instrumentos para pescar y desechos plásticos de uso diario, o bien, generados por procesos industriales”.
Es en la parte de los desechos plásticos de uso diario donde entran los utensilios de plástico negro que usas para cocinar. Sí, esos con los que bates la sopa, das vuelta a la carne o sirves la comida. Pero no temas, que te tenemos una alternativa.
¿Qué utensilios de cocina puedes usar en lugar que no tengan microplásticos?
El problema para la salud es que, por ejemplo, al voltear la carne con estos utensilios, sueltan pequeñas partículas de plástico que terminan en tu comida y que ingieres sin darte cuenta.
Según estudios citados por National Geographic, hay una correlación entre el consumo de microplásticos y enfermedades inflamatorias del intestino.
La respuesta es simple: usar menos plásticos. Así no solo ayudas a reducir la contaminación, sino que también cuidas tu salud.
Por eso, puedes optar por utensilios de madera (que deben lavarse muy bien) o de acero inoxidable, un material siempre recomendado para la cocina. Puede que te cuesten un poco más, pero duran mucho más tiempo y estarás cuidando tu salud y la de tus seres queridos.