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Los 3 quesos amarillo que siempre compras… y NO son queso, según Profeco

Aunque son imitaciones, tampoco significa que sean malas; vamos con ello.

Los quesos amarillos nunca pueden faltar en unas ricas hamburguesas.Créditos: Especial
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Para el sándwich, la hamburguesa y hasta para un intento de sincronizada puede servir el quesito amarillo. Si eres adicto a él, te tenemos una noticia y es que quizá no estás comprando queso de verdad, sino una imitación y todo según la siempre confiable Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

De acuerdo con la Revista del Consumidor de enero, el queso amarillo o también llamado ‘americano’ fue patentado por primera vez en 1916 y comercializado en los primeros supermercados en la década de los cincuenta. Sin embargo, no siempre compras lo que crees.

Profeco señala que, por la inexistencia de una Norma Oficial Mexicana que establezca la denominación de queso ‘tipo americano’, las marcas se aprovecharon de ello para poner en sus productos leyendas como “estilo”, “imitación” o “tipo queso”, destacando que era queso cuando en realidad era mentira.

¿Cuáles son los 3 tipos de queso americano que NO SON QUESO?

Chipilo

Este es una imitación queso procesado americano pasteurizado hecho en México. En su presentación de 144 gramos vale 24 pesos y contiene información al consumidor. Contiene almidón, grasa vegetal y es 51.3% agua.

La Villita

Este producto es una imitación queso fundido americano. Vale 28 pesos el paquete de 175 gramos. Contiene, como el anterior, grasa vegetal y almidón. Además, es 48.4% agua.

Nutri

Por último, este producto es una imitación de queso americano que no presenta información al consumidor. Además, contiene almidón y una mezcla de grasa vegetal con grasa de leche. Vale 22 pesos en el paquete de 140 gramos. A pesar de ser imitación, contiene producto lácteo.

¿Qué es una imitación de queso americano?

  • Las imitaciones de queso americano, similares tanto en apariencia como sabor,  se componen de ingredientes como agua, almidón, grasas vegetales, caseinatos (obtenidos de la leche) y sales fundentes, entre otros aditivos.
  • No obstante, tienen más agua, menos proteína y más carbohidratos en comparación con los quesos de verdad.
  • Sin embargo, debido a la presencia de grasas diferentes a la butírica, que es la grasa propia de la leche, estas imitaciones no pueden ser consideradas como queso auténtico.
  • Sustituyen la grasa de la leche, proteína de la leche, o ambas, parcial, o totalmente, con alternativas no lácteas (almidón o grasa vegetal).
  • Si compras este tipo de alimentos, Profeco propone que leas siempre la etiqueta y elijas el que mejor te convenga; igual debes considerar que las imitaciones no tienen el mismo aporte nutrimental.