La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) insta a las personas consumidoras a verificar cuidadosamente el etiquetado de los productos antes de comprarlos. Esto es clave para asegurarse de que los colorantes utilizados sean naturales, ya que los industriales suelen contener más químicos perjudiciales.
Los colorantes artificiales, ampliamente usados en la industria alimentaria, otorgan un atractivo visual a los alimentos procesados. Sin embargo, su nivel químico es mayor en comparación con los productos menos industrializados.
Colorantes artificiales y sus implicaciones
En un artículo de la Revista del Consumidor de octubre de 2020, Profeco detalló los tipos más comunes de colorantes artificiales, señalando los alimentos donde suelen utilizarse y factores como transparencia y opacidad. Entre los más destacados están:
- Amarillo anaranjado S (E-110)
- Tartracina (E-102)
- Azorrubina o carmoisina (E-122)
- Azul patente V (E-131)
Alternativas naturales para un consumo responsable
Como una opción más saludable, Profeco recomienda preferir alimentos con colorantes naturales como la curcumina (E-100) y la clorofila (E-140, E-141), que no representan un riesgo significativo para la salud.
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En México, la Cofepris regula el uso de colorantes en productos alimenticios, mientras que el Comité Mixto FAO/OMS establece la Ingesta Diaria Admisible (IDA). Este parámetro define la cantidad segura de consumo de colorantes por kilogramo de peso corporal, previniendo posibles daños a la salud.