Momias, nahuales, extraterrestres y hasta brujas, son solo algunos de los atractivos en México, que en pueblitos mágicos podemos encontrar muchas historias al respecto ¿te han contado alguna?
En el corazón de Jalisco, Acatic es un destino que combina la belleza natural con un rico e inmenso legado cultural, donde en una de esas, podrías toparte con una bruja real frente a frente. Pues este pintoresco pueblo, rodeado de montañas y campos, no solo invita a los visitantes a disfrutar de sus paisajes, sino que también ofrece la oportunidad de explorar el fascinante mundo de la brujería y las prácticas esotéricas.
Acatic, un lugar lleno de naturaleza e historias que contar
En este bello pueblito mágico, puedes disfrutar de senderos para caminatas en pareja, paseos en bicicleta con la familia y actividades al aire libre con tu lomito, que les permiten sumergirse en la flora y fauna local. Donde además se encuentran algunas de las cascadas y miradores con las vistas más espectaculares en el país.
Pero… lo que hace a Acatic aún más interesante son sus raíces en las prácticas de brujería que han perdurado a lo largo de los años e incluso se dice, que todavía te puedes encontrar a una que otra bruja real. No solo habitando en el pueblo, sino también en escobas voladoras, no por nada en la entrada del pueblo hay un letrero que dice “Cuidado, cruce de escobas”.
De entre las miles historias que relatan los habitantes del pueblo, muchos afirman que en la época colonial había un hombre que fue sentenciado por tener un ‘pacto con el diablo’ y tener dones inimaginables que ponía al servicio de las personas. En una de esas, aun hay uno que otro curandero o chaman que ofrezca servicios de sanación, rituales y hasta para ‘amarrar’ parejas.
Y aunque muchos se sienten atraídos por estas prácticas, es importante resaltar que la magia no solo está en estas creencias, sino también en cada uno de los rincones de naturaleza que podemos encontrar en este bonito lugar, ideal para escapar de la rutina diaria y conectar con el medio ambiente.
Así que ya lo sabes, Acatic no solo es un lugar para disfrutar de la naturaleza, sino también un espacio donde las antiguas creencias y prácticas continúan vivas. Si estas en busca de una experiencia única, este pueblo jalisense sin duda te sorprenderá.