Si alguna vez has guardado un bolillo y al día siguiente te encuentras con un pan duro y seco, debes saber que ya no tienes que preocuparte, pues de acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) hay un truco que te permitirá disfrutar de este pan como si estuviera recién salido del horno.
Profeco explica que el principal culpable de que el pan pierda su suavidad es el almidón. Este componente natural del trigo, con el paso del tiempo, va perdiendo agua y causando que el pan se endurezca.
Sin embargo, la buena noticia es que este proceso se puede revertir gracias a la ciencia.
¿Cómo evitar que se haga duro el bolillo?
Un error común al intentar conservar el pan es guardarlo en el refrigerador. Según Profeco, almacenar el bolillo en un ambiente frío, a 7 grados centígrados, acelera el envejecimiento del pan, endureciéndolo aún más rápido que si se dejara a temperatura ambiente.
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De hecho, un bolillo almacenado en refrigerador durante un día puede volverse igual de duro que uno dejado seis días a temperatura ambiente.
Para evitar que el pan pierda su frescura, lo mejor es guardarlo en una bolsa de papel o en una panera si se va a consumir en uno o dos días.
Esta técnica permite que el bolillo mantenga su humedad interna, mientras que la corteza se conserva crujiente, una combinación perfecta para disfrutar de un buen bolillo.
Si tienes más tiempo antes de consumir el pan, congelarlo es una excelente opción. Profeco sugiere envolverlo en plástico o papel aluminio antes de meterlo al congelador. Cuando lo necesites, solo tienes que recalentarlo en el horno a unos 70 grados centígrados y estará listo para ser disfrutado nuevamente.
Otro método eficaz para recalentar el pan es utilizar vapor. Coloca un recipiente con agua hirviendo y sobre él un colador; pon el bolillo encima del colador para que el vapor lo rehidrate. Este truco devolverá la suavidad al pan sin tener que pasarlo por el horno.
Si prefieres usar el microondas, es recomendable colocar un recipiente con agua junto al bolillo para evitar que se reseque. Con este simple paso, el pan se mantendrá suave y listo para consumir.
Si bien congelar el pan es una buena opción, es importante no almacenarlo en bolsas de plástico a temperatura ambiente. Esto no solo provoca que el bolillo pierda su frescura más rápido, sino que también fomenta la aparición de moho.
Siguiendo estos consejos de Profeco, ya no tendrás que preocuparte por tirar bolillos duros.
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