Nuestra salud es importante en todos los sentidos, sobre todo cuando se trata del estómago, por eso, hay varios tratamientos caseros con orégano que son muy sonados entre las mejores opciones.
Aquí te enseñamos cómo hacer un aceite de orégano que podría ser tu mejor aliado.
¿Cuáles son los beneficios de usar orégano para la digestión?
El orégano tiene antioxidantes mucho más efectivos que las manzanas, y esto ayuda a la salud digestiva.
Si bien funciona como antibiótico natural, muchos la usan como un método de prevenir enfermedades más allá de curarlas.
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Entre los beneficios de consumir orégano, están:
- Fortalece el organismo.
- Ayuda a disminuir la mucosidad y las secreciones, ayudando a prevenir la tos o la bronquitis.
- Previene infecciones por hongos y bacterias.
- Ayuda a estimular el apetito.
- Ayuda a la digestión de grasas y la eliminación de toxinas.
- Mejora el colesterol bueno y elimina el malo.
- Para la piel también es bueno para cicatrizar las heridas.
¿Cómo hacer tu propio aceite de orégano desde el hogar?
Para hacer tu propio aceite de orégano puedes comenzar comprando la planta en el mercado, pero debes asegurarte que esté seca.
Luego, debes limpiarla con cuidado para quitarle impurezas o tierra que se quede.
Luego, debes colocar el orégano en un frasco de vidrio, casi por completo. De esta forma podrás agregar aceite de olivo orgánico, de preferencia prensado en frío.
A continuación, debes dejar a baño maría el frasco destapado por unos 10 o 15 minutos. (De preferencia a fuego lento).
Finalmente, debes dejar enfriar al aire libre, tapar y dejarlo reposar por dos semanas en la alacena. Así podrás sustraer todas las propiedades medicinales.
No olvides colar el aceite y quedarte con el líquido en un frasco para poder usarlo en cualquier momento. ¡Y listo! Ya tienes tu propio aceite de orégano casero.
Se recomienda poner el aceite de orégano en licuados, ensaladas y otros alimentos. También se puede beber directo en gotas, pero es posible que el sabor no sea de tu agrado.