El jabón de avena tiene múltiples beneficios para la piel, que van desde dar brillo hasta prevenir enfermedades, y lo mejor es que puedes elaborarlo en la comodidad de tu casa con estos consejos de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
La avena es un cereal con nutrientes, vitaminas y minerales. Como alimento, tiene importantes aportaciones para la salud, entre ellas regular el metabolismo, el colesterol, fortalecer las uñas y además reduce la caída del cabello.
Por sus propiedades prebióticas, que ayudan al desarrollo de microorganismos benéficos para el organismo, la avena también se usa como ingrediente para jabón, ya que se adapta a cualquier tipo de piel, brindando importantes beneficios, afirman especialistas.
Y es que el jabón de avena no sólo es excelente para limpiar la piel, sino también ayuda a la regeneración, eliminación de impurezas y bacterias, ayuda a reforzar las defensas naturales, desbloquea poros, absorbe el exceso de grasa y también funciona como antiinflamatorio, entre otros beneficios.
¿Cómo preparar jabón de avena en casa? Esto dice la Profeco
De acuerdo con la dependencia, necesitas los siguientes ingredientes para tu jabón de avena casero:
- 1 taza de avena.
- 300 gramos de jabón neutro rallado-
- 1 taza de leche.
- 2 tazas de agua.
También debes tener a la mano los siguientes utensilios:
- 1 licuadora
- 2 cacerolas
- 1 refractario rectangular de vidrio
- 1 taza medidora
- 1 cuchara grande
- 1 tazón de vidrio
- 1 charola
- Papel china
- Bolsa grande de plástico con cierre hermético
Para prepara tu jabón de avena, sigue estos pasos:
- Muele la avena en la licuadora
- Una vez licuada la avena, colócala en una de las cacerolas y déjala remojar con la leche durante unas dos horas.
- En el tazón vacío agrega tres cucharadas de agua y la ralladura de jabón.
- El resto del agua colócalo en la otra cacerola y cuando empiece a hervir, mete el tazón con el jabón para hacer un baño María.
- Mueve de manera constante la mezcla y cuando adquiera una consistencia pastosa retira la cacerola del fuego, sin sacar el tazón.
- Calienta la leche con la avena a fuego medio y cuando la temperatura esté a temperatura media, agrega la pasta de jabón.
- La mezcla estará lista cuando tenga una consistencia espesa y se pueda ver el fondo de la cacerola.
- Vacía la pasta en el refractario y espárcela bien.
- Deja secar la mezcla durante una noche y después corta los jabones y envuélvelos en papel china.
- Para mantenerlos en buen estado, guárdalos dentro de una bolsa de plástico con cierre.