Si bien, la estabilidad del pigmento es algo con lo que no se puede luchar en ningún tipo de pintura, pues cada uno de ellos es natural y actúa de una manera determinada al sol.
Sin embargo, no es necesario conocer todos estos valores para saber qué colores son más resistentes en comparación a otros que podrían necesitar varios retoques al año para mantener su color original.
¿Cuál es el color más resistente al sol?
De acuerdo con los expertos, los colores más resistentes al sol suelen ser los tonos más oscuros, esto gracias a que absorben menos luz solar y tienden a desvanecerse menos que los colores claros.
Por ejemplo, los tonos grises, azul marino, verde pino, el marrón profundo, son excelentes opciones si lo que quieres es una fachada que conserve su color por más tiempo.
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A pesar de tener una buena resistencia al sol, los colores oscuros tienden a absorber más calor, lo que podría afectar la eficiencia energética de una casa en climas cálidos.
Por ejemplo, si vives en una zona con altas temperaturas, lo mejor es optar por colores más claros como el beige, blanco roto, gris claro, mismos que pueden resistir un poco más y reflejan más la luz solar.
Colores neutros la mejor opción para pintar la fachada de una casa
Los colores neutros son ideales para pintar la fachada de una casa porque pueden ser más resistentes al sol, la calidad de la pintura, incluso la absorción del calor y hasta el precio.
Para elegir un buen color neutro por lo regular son la escala cromática de grises, o los colores semejantes a la tierra, es decir, marrón, café, gris oscuro, azul marino, verde, beige o arena.
¿Cuánto tiempo dura la pintura de una fachada?
Según los expertos, la durabilidad de la pintura se debe a diversos factores como el clima, la calidad de la pintura y la preparación de la superficie.
En general, se espera que una capa de pintura de buena calidad en el exterior dure entre 5 y 10 años; sin embargo, la exposición constante al sol, condiciones climáticas extremas o la humedad pueden reducir la vida útil de la pintura.
Ante ello, lo ideal es darle un mantenimiento regular, esto implica inspeccionar la casa e identificar signos de descascarillado, desprendimiento o decoloración de la pintura.