Las chinches más comunes son las que invaden las casas y se alimentan la sangre de las personas, aunque no son las únicas: la Secretaría de Salud de Nuevo León alertó a la población por la chinche besucona, un insecto que se encuentra en zonas tropicales y que puede llegar a transmitir la peligrosa enfermedad de chagas.
En al menos 21 países de América hay presencia de la chinche besucona y hasta 65 millones de personas se encuentran en riesgo latente; cada año, en promedio, 12 mil personas fallecen por la enfermedad de chagas -causada por el parásito Trypanosoma cruzi-, de acuerdo con datos de la Universidad Veacruzana.
¿Cómo puedes identificar a la chinche besucona?
Al igual que sus parientes caseras, las chinches besuconas son insectos hematófagos -es decir, se alimentan de la sangre de los mamíferos- y de hábitos nocturnos. Cada uno de estos insectos mide alrededor de 2.5 centímetros y cuentan con tres pares de patas, su tórax es redondo y tiene una especie de manchas negras.
Estos insectos tienen unas antenas, cabezas y patas en color negro, aparte de que en el tórax también poseen una mancha que asemeja a una huella dactilar. Al momento de morder a sus víctimas, la chinche besucona les transmite un parásito, que es causante de la enfermedad de chagas; la infección también se puede dar a través de sus heces o alimentos contaminados.
¿En qué sitios se puede ocultar la chinche besucona?
Las autoridades sanitarias le piden a las personas siempre tener limpias sus casas y alrededores, sobre todo las camas, detrás de los muebles u objetos colgados en la pared, para evitar que la chinche besucona se esconda. Estos insectos son más comunes en regiones de clima cálido o semicálido.
En las zonas rurales, la chinche besucona también puede llegar a través de la leña o la madera. De acuerdo con la Universidad Veracruzana, este insecto también puede afectar a las mascotas, como perros y gatos, por lo que es importante revisar los sitios donde duermen.
¿Y qué tan peligrosa es la cinche besucona?
La chinche besucona es un insecto peligroso, ya que puede transmitir la enfermedad de chagas, un padecimiento que no tiene cura ni existe una vacuna para su prevención, pero sí se puede tratar en sus primeras etapas. No obstante se trata de un mal silencioso, ya que los parásitos se pueden ocultar durante 10 ó 30 años en los órganos de la víctima.
En las fases crónicas, las personas pueden sufrir de problemas cardiacos, alteraciones digestivas (como el crecimiento del colon o del esófago), además de alteraciones neurológicas. Las personas pueden fallecer por arritmias o insuficiencia cardiaca, además de la destrucción del sistema nervioso, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).