El color con el que siempre identificamos a los plátanos es el amarillo, aunque también con el verde cuando no están maduros y con el rojo de algunas variedades silvestres, ¿Pero plátanos azules? Sí, aunque parezca un invento, existen y pertenecen a una variedad famosa a nivel mundial; te decimos cuáles son sus características y qué sabor tienen.
Los plátanos azules son conocidos como Blue Java Banana, y aunque tienen el nombre de una de las mayores islas de Indonesia, son más cultivados en países como Filipinas, España y los Estados Unidos (en Hawái). En México es poco común o casi inexistente encontrar este híbrido.
¿Y a qué saben los plátanos azules?
En primer lugar es importante mencionar que este plátano no es natural, sino un híbrido de un par de especies: musa balbisiana y musa acuminata. Y otro factor igual de relevante es que no son azules todo el tiempo, sino sólo durante su fase de maduración, cuando están recubiertos por una cera natural que les da una tonalidad azul verdosa.
Luego del proceso de maduración, los plátanos Blue Java pasan a ser de un color amarillo claro y con manchas conforme se acelera su proceso de descomposición. La piel (o cáscara) no es suave como en el caso de otras variedades, sino que resulta un tanto áspera y recuerda a las vainas de la vainilla.
El sabor del plátano azul es justo a vainilla y tiene una consistencia más cremosa que la variedad consumida en la mayor parte del mundo, muchos lo comparan con un helado de vainilla. Es una fuente rica en fibra, minerales como el manganeso, además de vitaminas entre las que figuran B6 y C.
Otro detalle es que esos plátanos son más pequeños que las variedades más conocidas, ya que apenas miden entre 16 y 17 centímetros. De igual modo es importante precisar que no se trata de un alimento transgénico.
El plátano que comes ¡es un híbrido!
Los plátanos que comen las personas cada mañana en su desayuno o como un tentempié para quitar el hambre también son un híbrido, el cual fue creado para hacerlo más atractivo al paladar de los seres humanos. Se trata de la variedad Cavendish, que es más dulce que las especies originales y no tiene semillas.
El plátano Cavendish fue 'creado' en 1835, gracias a una petición realizada por el duque William Cavendish, sexto duque de Devonshire, Inglaterra. A pesar de que 'nació' en las frías islas británicas, la planta creció en un invernadero donde siempre se mantuvo de 18 a 30 grados; ese mismo año ganó un premio de horticultura.
Desde entonces, el plátano Cavendish se extendió por todo el mundo, ya que las pencas dan una gran cantidad de ejemplares, son grandes (alcanzan hasta los 26 centímetros) y aparte cuentan con un sabor dulce, que es ideal para realizar otros productos como dulces o chicles.