Cuando el músculo se encoje, el tendón y el hueso se mueven a la vez consiguiendo movimiento. Si el músculo se contrae, se tensiona sin querer hacerlo y no se relaja, se producen los temidos calambres.
El cuerpo humano está formado por más de 50 billones de células. Las células se agrupan y forman tejidos, los tejidos crean órganos que se unen y forman sistemas como el cardiaco, el inmunitario o el locomotor.
El sistema locomotor está integrado por huesos y músculos. Los músculos son estructuras que tienen la capacidad de generar movimiento pues pueden contraerse y relajarse.
Nuestro cuerpo está formado, como mínimo, por 650 músculos que podemos controlar, músculos voluntarios, pero hay otros músculos sobre los que no tenemos ningún control, como el músculo del corazón, son los músculos involuntarios.
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Entre unos y otros, en el cuerpo hay entre 650 y 840 músculos. Hay tres tipos de músculos: liso, cardiaco y esquelético. Su función va desde bombear sangre por todo el cuerpo hasta ayudar a levantar cosas pesadas. En general su función es convertirnos en seres con movimiento. Los músculos esqueléticos están unidos a los huesos a través de los tendones.
¿Qué son los calambres musculares?
Los calambres musculares son una contracción súbita, sin control, de un conjunto muy amplio de fibras musculares de uno o más músculos. El tejido muscular está formado por células (miocitos) que pueden aumentar o disminuir su longitud cuando el sistema nervioso las estimula con impulsos eléctricos.
“El calambre es un fenómeno neuromotor, normalmente irrelevante, aunque incómodo pues muchas veces se asocia a dolor en la zona donde se contrae el músculo”, explica el doctor José Luis Fernández Plaza, neurofisiólogo del Hospital Quirónsalud Sur de Alcorcón (Madrid).
La zona más frecuente donde ocurren los calambres son las extremidades y, más habitual, en pies y piernas, especialmente en los gemelos.
¿Por qué nos da un calambre?
La causa más común de los calambres es cuando el músculo se sobrecarga o se lesiona, pero también por una deshidratación leve; por ejemplo, si se realiza ejercicio sin haber tomado suficientes líquidos.
También se producen cuando se tienen niveles bajos de electrolitos como sodio, potasio, calcio o magnesio así como “alteraciones de temperatura exterior pues uno de los principales mecanismos que tiene el cuerpo para mantener la temperatura o termogénesis, es la contracción muscular” añade el especialista.
Los calambres suelen aparecer en personas mayores, embarazadas, deportistas o en personas que sufren alguna patología que afecta al metabolismo y/o las hormonas. Cuando esto sucede, los calambres se producen de manera más frecuente, lo que indica que se debe consultar a un especialista pues pueden estar relacionados con algún problema de salud.
El uso de medicamentos, el consumo de drogas, “los tóxicos y muchos venenos que interfieren en la neurotransmisión entre músculo y nervio o entre las neuronas que controlan el proceso de la médula pueden producir calambres musculares”, puntualiza el doctor Fernández Plaza.
Otros factores que aumentan la aparición de calambres en los pies suelen ser la edad, el sobrepeso, no hacer estiramiento muscular suficiente antes de realizar una actividad física, antecedentes familiares, practicar deporte de forma extrema y durante mucho tiempo, correr cuesta arriba y la falta de electrolitos o hidratación durante la práctica deportiva.
¿Qué hacer cuando aparecen los calambres?
Cuando aparece un calambre en los pies lo primero que hay que hacer es dejar de hacer la actividad que se esté realizando e inmediatamente después practicar estiramientos y masajear la zona afectada.
Es recomendable tomar alguna bebida que contenga electrolitos, pues el origen del calambre podría ser la deshidratación o la falta de electrolitos. Después se puede aplicar un poco de calor, ya que ayuda a relajar el músculo.
Según vaya disminuyendo el dolor y pasado el espasmo muscular inicial, se puede aplicar frío. Es importante seguir tomando líquidos, pero evitando bebidas alcohólicas o con cafeína.
Si el calambre sucede mientras dormimos, hay que intentar estirar el músculo de forma intensa y prolongada, hasta que se note alivio.
Para evitar, en la medida de lo posible, que aparezcan calambres en los pies, es fundamental:
- Utilizar un calzado adecuado, del ancho suficiente para que no oprima los músculos, los nervios o impida la circulación sanguínea.
- Practicar deporte sin hacer grandes esfuerzos.
- Hidratarse siempre que se lleve a cabo alguna actividad física.
- Aumentar la ingesta de alimentos ricos en calcio y potasio, estirar y masajear la musculatura del pie.
- Aplicar calor para relajar el músculo, especialmente en los primeros momentos del calambre.
- Descansar entre actividades deportivas, pues uno de los principales motivos por los que aparecen los calambres en los pies es el cansancio.
Calambres no es sobrecarga muscular
Es importante no confundir un calambre con una sobrecarga muscular; el primero aparece de repente, de forma brusca, mientras que la sobrecarga lo hace de forma progresiva provocando rigidez muscular, dolor y casi nula flexibilidad.
Pero tanto el calambre como la sobrecarga aparecen por un sobreesfuerzo muscular bien haciendo deporte, o en el ámbito laboral o doméstico.