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Día de Muertos: así eran las ofrendas prehispánicas… eran a dioses y no a los difuntos

¿Hemos vivido engañados? La respuesta es no, solo nuestras tradiciones han evolucionado con el paso del tiempo. Te contamos cómo y para qué eran antes las ofrendas.

¿Cuál es el origen de esta tradición? Esta es la verdad sobre las ofrendas de Día de Muertos. Créditos: Especial
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En el marco del Día de Muertos, muchos están alistando los últimos detalles para recibir a sus seres queridos este 1 y 2 de noviembre. Incluyendo elementos en sus ofrendas como alimentos y bebidas que les gustaban a los difuntos en vida, decoraciones, veladoras, flor de cempasúchil y las fotos que nos ayudan a mantener viva su memoria.

Sin embargo, existen algunas leyendas prehispánicas que nos cuentan y dan una perspectiva sobre el objetivo real de las ofrendas, además de informarnos sobre los elementos que debemos incluir en ellas, cosas que podemos y no hacer y que tiene que pasar para que un alma encuentre el descanso eterno.

¿Las ofrendas siempre han sido como las conocemos hoy en día?

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No, de acuerdo con la gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el México prehispánico, las ofrendas de Día de Muertos no eran para nuestros seres queridos que han fallecido, sino, para los dioses como Tláloc, Huitzilopochtli, Mictlantecuhtli o Tezcatlipoca.

“El culto a los muertos viene desde épocas prehispánicas, porque se hacían rituales a lo largo del año. La idea de ofrendar a los muertos en las culturas indígenas se asocia con la época agrícola para que ayuden a los hombres a tener buenas cosechas; eran ciclos que comenzaban con la siembra, luego la cosecha, la recolección y la época de secas; era como un ciclo de vida y muerte a lo largo del año”, afirma Diana Martínez Yrizar, alumna del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM.

Es más, aunque no nos guste decirlo, se cree que esta tradición ni siquiera es mexicana. Ya que llego a México junto con los españoles en la época de la conquista y se introduce en el país al igual que la religión católica.

Y es que en España, las personas le rezaban a sus difuntos y pedían que regresaran en estas fechas para visitarlos y luego poder irse nuevamente en paz. Incluso, ponían altares tal y como lo hacemos hoy día.

No obstante, tanto indígenas como españoles coincidían en la idea de que nuestros seres queridos fallecidos, podían vivir aun en el recuerdo de los vivos y así, preservar de alguna forma su memoria. Por lo que unificaron las fechas y creencias para que pudiéramos tener la bonita tradición que conocemos actualmente.

¿Qué se incluye en el altar del día de muertos y qué ‘reglas’ debes seguir?

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El Día de Muertos es una tradición que honra la memoria de aquellos seres queridos que pasaron a mejor vida, a través de altares y ofrendas. Donde se incluyen estos elementos:

  • Alimentos y bebidas: Estos elementos son básicamente para ‘consentir’ a nuestro difunto y honrarlo a través de su comida favorita.
  • Pan de muerto: Como una comida más, también sirve para honrar al fallecido, pero también se dice que su forma circular representa el ciclo de la vida, o séase, la vida y la muerte, haciendo que los espíritus entren y salgan libremente de los hogares.
  • Veladoras: La luz que irradian las velas o veladoras sirven para iluminar y guiar el camino de los espíritus.
  • Flor de cempasúchil: Los pétalos de cempasúchil en el camino sirven para marcar el sendero que deben seguir los muertos y las flores en el altar son para ambientar su estancia.
  • Un vaso de agua: Además de hidratar a las ánimas después de un largo camino recorrido, sirve para purificar su alma.
  • Sal: La sal es uno de los elementos más importantes, ya que evita que el cuerpo del muerto se corrompa y pueda transitar en ambos mundos.
  • Mantel blanco: Este color representa la pureza y al igual que la sal y el agua, hace que se purifique el ambiente y el alma del difunto.
  • Fotos: Los retratos sirven para honrar y mantener viva su memoria.
  • Calaveritas de azúcar: Las calaveras representan la muerte y la mortalidad de las almas.
  • Incienso: Preferentemente el incienso debe ser de copal, para limpiar el lugar de los malos espíritus que pudieran aparecerse.

Eso sí, lo único que debes considerar antes de poner tu ofrenda es el tiempo. Ya que, no se debe incluir a las personas que fallecieron después del mes de agosto del mismo año. Esto porque su alma aún no llega a Mictlán, se encuentra todavía en camino e incluirlo, podría frenar y mantener atorado a tu difunto. Y así, no podría conseguir pronto el ‘descanso eterno’.

Así que ya lo sabes, no cabe duda que esta es una de las tradiciones más hermosas que tenemos en nuestra cultura, ya que nos permite celebrar y recordar a nuestros seres queridos a través de bellos altares. Sin embargo, existen ciertas reglas y elementos que debes conocer para que el espíritu de los muertos pueda descansar en paz y llegue a este mundo cada 1 y 2 de noviembre. - Con información de Gaceta UNAM.