Los dulces típicos mexicanos como las calaveritas de azúcar, mazapanes, alegrías, palanquetas, 'borrachitos' y dulces de leche son elementos que no pueden faltar en las ofrendas del Día de Muertos el próximo 1 y 2 de noviembre, por lo que en esta ocasión mencionaremos cuál es su verdadero origen.
En primer lugar, es importante señalar que hay quienes las asocian al tzompantli, un altar de cráneos que se usaba en la cultura mesoamericana para realizar sacrificios humanos y ofrendar a los dioses.
La palabra tzompantli proviene de las palabras nahuas tzontli, cabeza o cráneo, y pantli, que significa hilera o fila, lo que quiere decir fila de cráneos. Además, los tzompantli eran considerados una forma de evitar que los dioses se enojaran y acabaran con el mundo.
En el recinto sagrado de México-Tenochtitlan (Templo Mayor) se han encontrado tzompantli, donde exponían los cráneos de las víctimas sacrificadas.
Te podría interesar
Sin embargo, el historiador Enrique Ortíz, apunta que lo anterior es sólo un mito, pues aunque parezca creíble, las calaveras de dulce del Día de Muertos NO están asociadas al tzompantli.
El verdadero origen de las calaveritas de azúcar para el Día de Muertos
Según el historiador Entique Ortíz, el origen de estos dulces comenzó en el siglo XI, cuando el abad de Cluny promovió la celebración de "todos los santos" el 1 de noviembre.
En dicha celebración, los fieles visitaban templos para venerar la reliquias expuestas de los mártires y santos que murieron por su fe, mientras que se preparaban dulces y panes que buscaban 'emular' la forma de las reliquias, tales como: huesos, cráneos y esqueletos.
Además, Ortíz apunta que durante el siglo XV en Castilla, León y Aragón, estos dulces se realizaban con azúcar, almendras, clara de huevo, ralladura de limón y miel. Incluso, señala que tanto en Italia como España hay un dulce llamado “hueso de santo”.
Con el paso del tiempo y la llegada de los españoles al continente, las tradiciones fueron importadas al territorio nacional con algunas modificaciones, pues aquellos con forma de cráneos, ataúdes y animales solían ser costosos por su elaboración a mano e ingredientes como la miel, piñones y almendras.
Es así como las clases pobres comenzaron a consumir los dulces hechos de azúcar, cuya fabricación se volvió más semilla por el uso de moldes y por lo que hoy en día se pueden encontrar 'calaveritas' de chocolate y hasta amaranto.