Muchas personas están acostumbradas a vivir al límite: se levantan, desayunan rápidamente mientras se cambian, se peinan o preparan todo para salir a trabajar. O, por otro lado, van a la cocina, toman un bocado y luego, después de un largo período, regresan para comer otro. Lo que es realmente preocupante es que la velocidad a la que nos alimentamos podría perjudicar nuestra salud.
La forma en que comemos afecta al sistema digestivo y provoca un "efecto dominó" en la liberación de hormonas que nos informan cuando "estamos llenos", según reveló la doctora Sarah Berry, experta en nutrición del King's College de Londres, en una entrevista con la BBC.
Esto es lo que le ocurre a tu cuerpo cuando comes rápido
De acuerdo con la experta, comer rápido provoca que el cuerpo tienda a tener sobrepeso, una mayor acumulación de grasa en la zona de la cintura y también niveles elevados de colesterol "malo".
Esto se debe a que, al comer rápidamente, se consumen más calorías en comparación con aquellos que comen lentamente. Estos últimos producen más hormonas que indican a su cuerpo que ya están saciados.
Te podría interesar
Estos resultados fueron comprobados en un estudio realizado por la experta, en el cual proporcionó la misma comida a diferentes personas. A un grupo se le indicó que comiera rápido, mientras que al otro se le pidió que lo hiciera lentamente.
La Dra. Berry advirtió que, si las personas tienen el hábito de comer rápido durante un período prolongado en su vida, podrían aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y otras complicaciones metabólicas.