Los grillos y los chapulines son dos tipos de insectos saltadores que se encuentran comúnmente en diferentes regiones del mundo, pero ¿cuáles son sus diferencias?, ¿ambos se pueden comer? Te contamos.
Aunque ambos pertenecen a la misma subfamilia de insectos, conocida como Gryllinae, existen algunas peculiaridades que distinguen a cada uno de ellos.
Diferencias entre grillos y chapulines
1. Morfología
Una de las diferencias más notables entre ambos son su tamaño y forma: los grillos son generalmente más grandes y robustos, con cuerpos más redondeados y alas que cubren la mayor parte de su abdomen.
Por otro lado, los chapulines son más pequeños y delgados, con cuerpos alargados y alas más cortas.
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2. Coloración
Otra diferencia visible es la coloración de estos insectos, donde los primeros suelen tener un tono marrón o negro, con algunas especies que presentan manchas o rayas en tonos más claros.
Por el contrario, los chapulines son conocidos por su coloración vibrante, algunos de los cuales pueden ser de diferentes tonos de verde, amarillo, naranja o rojo, camuflándose con su entorno.
3. Hábitat
En cuanto a su hábitat, los grillos suelen habitar en zonas más húmedas, como campos, jardines y bosques, además de que son conocidos por su distintivo chirrido nocturno.
Mientras que los otros saltadores se encuentran comúnmente en áreas más secas, como praderas y zonas agrícolas. Les gusta saltar largas distancias y se les puede encontrar en grandes cantidades en algunos lugares.
¿Los grillos y chapulines se comen?
El consumo de grillos no es algo común en todas las culturas, pero está ganando popularidad debido a su alto contenido de proteínas y nutrientes.
Estos insectos se pueden criar para consumo humano o se pueden encontrar en tiendas especializadas que los venden en forma de snacks, barras energéticas o en polvo para ser utilizado como ingrediente en diferentes platos.
Mientras que los chapulines son un alimento muy popular en algunas regiones de México y otros países latinoamericanos, donde se consumen principalmente asados, fritos o preparados en salsas y se consideran una delicia local.
Estos insectos son una fuente rica de proteínas y grasas saludables, y su sabor crujiente y especiado los ha convertido en una iguaria culinaria.