Los refrescos son una de las bebidas más consumidas por las y los mexicanos, pero algunos de ellos cuentan con el sello de advertencia por EXCESO CALORÍAS, por ello te presentamos los que tienen menos de ellas, según la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Y es que la dependencia le realizó un estudio a 46 de estos productos, donde les reviso su contenido neto, calidad sanitaria, cantidad de cafeína, contenido energético, veracidad de su información.
"Se verificaron leyendas mediante evaluación documental, así como el uso de símbolos kósher, contenido de edulcorantes no calóricos y conservadores", se indicó en la Revista del Consumidor de mayo del 2023.
Si bien los edulcorantes no calóricos no contienen azúcar, sí pueden tener efectos negativos, como la disminución en la sensibilidad de la insulina, aumento de concentración de glucosa sanguínea, así como el que la población infantil se habitúe al sabor dulce.
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Refrescos frutales con menos calorías, según Profeco
Luego de hacerles todas las pruebas, la Profeco encontró que los refrescos frutales con menos calorías, sin irregularidades y que no presentaron aspartame (un edulcorante posiblemente cancerígeno, según la OMS) son:
- Golden Hills (refresco sabor naranja sin calorías/ 3 Litros): sin azúcares, pero no se recomienda en niños.
- Búho (bebida carbonatada saborizada Limón-Menta/ 355 mililitros): tuvo 4.6 gramos de azúcares por envase, pero tampoco se debe dar a los niños.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en conjunto con el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y otras entidades consideraron que el aspartame era posiblemente cancerígeno.
"El CIIC ha clasificado el aspartamo como posiblemente carcinógeno para los seres humanos (Grupo 2B del CIIC), tras establecer que hay «evidencia limitada» sobre su carcinogenicidad en los seres humanos, y el JECFA ha reafirmado que la ingesta diaria admisible de este producto es de 40 mg/kg de peso corporal", indicó la OMS en un comunicado presentado en julio de este año.
La Profeco advierte que el consumo excesivo de refrescos puede provocar obesidad, así como desencadenar enfermedades cardiovasculares.