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¿Cuál es el origen de la frase ‘un ojo al gato y otro al garabato’? Te contamos

Es probable que seas una de las tantas personas que ha escuchado la frase "un ojo al gato y otro al garabato", por lo que explicaremos de donde salió.

Origen de la frase: "un ojo al gato y otro al garabato".Créditos: Especial
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México es un país en el que se suelen utilizar muchas frases para explicar distintas situaciones de la vida cotidiana, para dar lecciones a los otros, para transmitir mensajes e incluso promover la reflexión, pero todas tienen un origen; como aquella que dice: "un ojo al gato y otro al garabato".  

"Un ojo al gato y otro al garabato" es una frase que se utiliza de manera frecuente en nuestro país para estar al pendiente de cosas diferentes al mismo tiempo. 

Es una frase sencilla que rima, por lo que es fácil de recordar y repetir con el paso de las generaciones, pero muchas veces lo que se olvida es el por qué se empezó a decir. 

¿Cuál es el origen de la frase "un ojo al gato y otro al garabato"?

El origen de la frase "un ojo a gato y otro al garabato" se encuentra en las cocinas mexicanas antiguas, pues la usaban para cuidar la comida de los felinos. 

Y es que el garabato no es sólo un trazo irregular como lo conocemos hoy, sino que así se llamaba un utensilio de cocina que servía para conservar los alimentos.

Garabato antiguo. Créditos: Facebook

De acuerdo con el portal de Agro Cultura Mexicana, un garabato es un utensilio de hierro semicircular o es un garfio con el que se sujeta una pequeña cuerda, que colgaba en las antiguas cocinas mexicanas. 

El garabato servía para almacenar cierto tipo de comida, como lo es la carne, o el pescado, pues en ese entonces no existían los refrigeradores. 

Garabato de garfio. Créditos: Agro Cultura MX

Los expertos de la cultura mexicana señalan que el gato, al ser un animal doméstico y bastante ágil, era el único animal que dentro de la cocina podía alcanzar los alimentos.

Así, cuando un gato entraba a la cocina era muy probable que brincara para quedarse con algo de lo que hubiera colgado en el garabato.

Por ello, las señoras que trabajaban en la cocina debían estar atentas a lo que hicieran los animales y no debían de perder de vista la comida, dando origen a la frase "un ojo al gato y otro al garabato".