Un pollito rostizado sabe mejor con unas papa fritas y una marca de éstas hecha para acompañar dicho platillo es Santo Gallo, la cual fue analizada por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
En la edición 528 de la Revista del Consumidor, la Profeco dio a conocer los resultados del estudio de calidad que le hizo a las papas Santo Gallo, que pertenecen a la panadería La Esperanza.
En dicho estudio, la institución a cargo de Ricardo Sheffield se enfocó en el contenido de sodio, grasa y grasas saturadas del producto.
El órgano puso la mira sobre dichos componentes, debido a que su consumo en exceso puede causar graves daños a la salud, como hipertensión, obesidad o enfermedades cardiacas.
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¿Qué tan buenas son las papas Santo Gallo?
Los resultados del estudio que la Procuraduría del Consumidor le hizo a las papas fritas Santo Gallo, perfectas para comer con un pollo rostizado, fueron los siguientes:
- Proteína: 6.86%
- Grasa: 32%
- Grasas saturadas: 11%
- Carbohidratos: 46.84%
- Sodio: 324 mg/100 g
- Aporte energético: 505 kcal/ 100 g
De acuerdo con la información publicada por la Profeco, en febrero del 2021, una bolsa de 125 g de papas Santo Gallo contiene 16% del sodio recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de 2 mil mg al día.
Por otra parte, el contenido de grasas saturadas del producto en cuestión equivale al 11% de las calorías diarias recomendadas, cuando dicho porcentaje debería ser de menos del 10%, según el portal MedLine Plus.
Las grasas saturadas son consideradas como "grasas no saludables", porque no aportan ningún nutriente al cuerpo y representan un riesgo, ya que disminuyen los niveles de colesterol "bueno" (HDL) y elevan el "malo" (LDL), aumentando el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Ante lo anterior, la Profeco recomienda consumir con moderación las papas fritas Santo Gallo y cualquier otras, porque representan un riesgo para la salud, sin importar la marca.
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