Es bastante común ver las palabras “sal” y “sodio” en las etiquetas de los alimentos que consumimos, ya sea unas tostadas, papas fritas, lácteos y otros más que encontramos en cualquier tiendita.
Y pese a que continuamente los vemos, es posible que no tengas idea de qué representan, sus beneficios o desventajas, e incluso si son lo mismo, así que a continuación te lo diremos.
¿Cuál es la diferencia entre la sal y el sodio?
Lo primero que debemos tener en cuenta es que la sal y el sodio NO son lo mismo, aunque sí tengan cierta relación.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) se dio a la tarea de explicar qué es cada elemento. Por ejemplo, reafirmó que la sal de mesa, que puede venir molida o en grano, “es un compuesto de estructura cristalina que abunda en la naturaleza”.
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Mientras que el sodio, es un mineral, y “uno de los elementos químicos que componen la sal”.
Para que quede clara su diferencia, la FDA explica que el sodio es un ingrediente alimenticio que se utiliza para muchísimas cosas, como hornear, espesar, resaltar el sabor y conservar los comestibles, y no precisamente para darles ese sabor salado, que sí genera la sal, valga la redundancia.
Es tan así, que hay algunos alimentos que tienen un alto contenido de sodio, que no precisamente son salados. Tal vez ahora tenga sentido que productos como el cereal u otros que son dulces, tengan la etiqueta de “exceso de sodio”.
La recomendación de la OMS es ingerir únicamente 5 gramos de sodio al día para los adultos, pues en los niños la cantidad debe disminuir. Esto con el objetivo de evitar enfermedades como la diabetes, hipertensión, entre otras.