Para la edición de mayo de la Revista del Consumidor, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un análisis a 46 refrescos diferentes y descubrió que son pocos los que no contienen jarabe de maíz de alta fructosa, peligroso para la salud.
Uno de los refrescos que no contiene dicho ingrediente es el Senzao Guaraná, por lo cual podría decirse que es una bebida poco dañina, comparada con las que sí lo tienen.
La Profeco explica que el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) ha causado mucha polémica, pues está asociado a que la persona que consume una bebida o alimento que lo contenga, no siente saciedad, por lo que sigue comiendo.
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Por su parte, la Secretaría de Salud de Jalisco menciona que el JMAF está directamente relacionado con el sobrepeso y la obesidad; además, incrementa la grasa abdominal, colesterol y genera problemas dentales.
Sumado a lo anterior, el ingrediente en cuestión produce resistencia a la insulina; provoca problemas de comportamiento y dolores de cabeza, debido a que actúan en la hipófisis, glándula que regula el humor; causa hiperactividad en los menores de edad y altera el sentido del gusto.
Gracias a que el Senzao Guaraná no contiene JMAF, el cual es adictivo, la institución encargada de proteger los derechos de los consumidores lo considera apto para menores de edad.
¿Qué tanta azúcar tiene el Senzao Guaraná?
Si bien, el Senzao Guaraná no hace uso del jarabe de maíz de alta fructosa, sí recurre a los azúcares, que no son buenos para la salud, ya que prácticamente no contienen nutrientes.
De acuerdo con la Profeco, el consumo de bebidas saborizadas, como los refrescos, está ligado a la obesidad, por su contenido de azúcares.
Según los resultados del análisis de la Procuraduría, el refresco Senzao Guaraná tiene 11.4 g de azúcares (fructosa, glucosa y sacaros) por cada 100 ml; en tanto, por envase (600 ml) cuenta con 68.4 g.
Por otra parte, el Senzao de Guaraná no emplea edulcorantes no calóricos, a los cuales se les reconoces efectos metabólicos negativos, como: disminución en la sensibilidad de la inulina, aumento de concentración de glucosa sanguínea y habituación al sabor dulce en la población infantil, señala la Profeco.
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