La mayoría de las personas sólo distingue las cervezas como obscura o clara, pero lo que pocos saben es que existen distintas clases que tienen un sabor característico, un ejemplo son las de tipo scotch.
Las primeras evidencias del consumo de esta bebida datan de hace más de siete mil años en la cultura de Mesopotamia y durante milenios cada cultura ha creado sus propias versiones.
Para saber de qué tipo son, las cervezas se catalogan dependiendo su proceso de fermentación, los ingredientes con los que están elaborados e incluso por su sabor.
Un ejemplo son las cervezas tipo scotch, mismas que se distinguen por sus características únicas e incluso por la forma en la que se debe tomar.
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¿Cuáles son las cervezas tipo scotch?
Las cervezas tipo scotch, también denominadas wee heavy (pequeñas fuertes) son una variedad que se caracteriza por su color obscuro, sabor intenso y notas de caramelo.
Están elaboradas a base de malta y pertenecen a la familia de las ales, cervezas de alta fermentación, es decir, que ocurre en la superficie del líquido.
Su elaboración se distingue por un proceso más largo de hervido, que le da su característico sabor a caramelo, además de que fermenta a temperaturas bajas, a diferencia de otras clases.
Las cervezas tipo scotch se distinguen por su color café obscuro, sabor intenso con notas de caramelo y su elevado contenido de alcohol que oscila entre 6 y 10 por ciento.
La forma correcta de beber las cervezas tipo scotch
Expertos señalan que lo recomendable es beber las cervezas tipo scotch a una temperatura ambiente (alrededor de 12 grados centígrados).
El vaso ideal para este tipo de cervezas es la copa de cardo, ya que su forma permite que el aroma de la bebida se concentre en el fondo para posteriormente liberarlos.
Las cervezas tipo scotch forman parte de la clase de las strong ale, la cual surgió en Edimburgo, Escocia, durante el siglo XIX y que se distingue por su sabor único e incluso por la forma en la que se debe tomar.