Ya sea blanco, reposado o añejo, hay distintas versiones de tequila ideales para todo tipo de gustos y cuya calidad se define no sólo por su clase.
Esta bebida orgullosamente mexicana, reconocida a nivel mundial, está protegida por una denominación de origen que restringe su elaboración a unas cuantas regiones de México.
Existen una gran variedad de marcas en el mercado que venden tequila blanco, reposado y añejo, cuya calidad depende no sólo de su clase.
Diferencias del tequila blanco, añejo y reposado
Las dos grandes diferencias entre el tequila blanco, reposado y añejo son el tiempo de maduración y su sabor:
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- Tequila blanco
Es el que se obtiene tras el proceso de destilado y no se añeja. Tiene un color transparente con sabor intenso y dulce.
- Tequila reposado
Se añeja al menos dos meses en barricas de roble o encino. Tiene color caramelo y es un poco más suave que el blanco con notas amaderadas.
- Tequila añejo
Se añeja al menos un año en barricas de roble o encino. Tiene un sabor más suave que las otras dos clases de tequila, pero con sabor a madera más intenso.
¿Cómo distinguir un tequila de calidad?
Existen otros factores que determinan la calidad del tequila independientemente de si es blanco, reposado o añejo, los cuales tienen que ver con su proceso de elaboración.
Esto es lo que debe tener un tequila de calidad:
- Denominación de origen: Para que sea un tequila auténtico debe haber sido laborado con agave azul en Jalisco, Tamaulipas, Michoacán, Guanajuato o Nayarit.
- Porcentaje de agave: La norma oficial permite que los tequilas tengan hasta 49 por ciento de azúcares, pero los mejores son los que están hechos 100 por ciento con agave.
La calidad de un tequila no se define sólo por ser blanco, reposado o añejo, por lo que es importante tener en cuenta las características que debe tener una botella para ser considerada como una de las mejores.