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Esta hacienda era de Porfirio Díaz… ¿dónde se encuentra y cómo puedo llegar?

Este lugar fue la casa de vacaciones de Porfirio Díaz, pero en la Revolución Mexicana lo saquearon todo.

La Mansión se une a las construcciones que realizó Porfirio en su mandato.Créditos: Instagram
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Porfirio Díaz gobernó México durante 30 años y mientras estuvo en el poder hubo cambios en la arquitectura de la Ciudad de México y en el pensamiento político, pero también en otros estados de la república.

Edificios emblemáticos como Palacio Postal, el Palacio de Bellas Artes y el Monumento a la Revolución fueron algunos de las estructuras que mandó a construir, pero uno que estuvo escondido y que no muchos sabían es el que está en Jalisco.

La mansión de Porfirio Díaz que está en ruinas

Esta mansión tiene un diseño arquitectónico francés, se encuentra en el estado de Jalisco y el nombre de la Hacienda de La Maltaraña, además de ser uno de los patrimonios históricos de ese estado.

Esta hacienda fue la casa de descanso de Porfirio, se menciona que en los días de vacaciones, de semana santa, se iba a este lugar que está ubicado en Maltaraña (conocido como La Palmita), en Jamay, Jalisco.

La mansión está a una hora con 40 minutos de la Ciudad de Guadalajara, por la carretera libre de Ocotlán y desviarse en Jamay. Por diez pesos se puede acceder a los jardines, pero no al interior de la casa.

Este sitio tenía 365 puertas y ventanas, sin embargo, lo saquearon a causa de la Revolución Mexicana, pero hoy en día está deteriorado.

El jardín tiene a un lado el Río Lerma, cuya tierra pantanosa, donde desemboca (en el Lago de Chapala) fueron los cimientos de la casa estilo victoriana, que erigieron como centro de operaciones del proyecto de desecación de la Ciénega de Chapala y crearon una gran zona agraria en Jalisco y Michoacán.

Aunque el sitio ya está en una situación deplorable, pues la humedad, mantenimiento y los problemas legales son por lo que no dejan que sea arreglado.

Expertos señalaron que es difícil conservarla porque no le dan la importancia correspondiente, pero cuando estaba en buen estado la mansión estaba pintada de color rosa pastel, se adornó con exóticas alfombras, candiles, herrería francesa y cantera fina.

En un momento a otro podría desaparecer, mientras tanto sigue en pie este pequeño castillo que enamoró a Porfirio Díaz.

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