Sabemos que desde el momento de su nacimiento, toda persona tiene derecho a obtener una identidad; esta se rige por el nombre, los apellidos, la fecha de nacimiento, el sexo y la nacionalidad. La antroponimia viene de la mano con este derecho fundamental para el ser humano.
Expertos dicen que en el nombre y apellido se pueden encontrar rasgos de personalidad, carácter, etcétera; sin embargo, la antroponimia juega un papel importante también.
De acuerdo a la Real Academia Española (RAE), la antroponimia estudia el origen y la significación de los nombres propios de persona, incluidos los apellidos.
Aunque este hecho parece universal a casi todas las culturas humanas, hay algunas donde entre los miembros familiares no se usan nombres propios, sino nombres comunes de parentesco como madre, padre, o hijo.
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Pero, ¿por qué es tan importante la antroponimia?
Es relevante porque estudia los nombres de las personas. La antroponimia histórica, una variante, se enfoca en identificar los nombres y apellidos de las personas de los siglos pasados, así como contribuir en la comprensión de su significado origen, distribución, evolución, modificaciones, etcétera.
Cada persona debe tener su nombre propio y apellido, aunque en muchas ocasiones en México hay personas que suelen llevar el mismo nombre y apellido. Esto muchas veces puede generar problemas cuando se realiza algún tipo de trámite escolar, laboral o de jubilación, por ejemplo.
Estructura de los antropónimos
El nombre de una persona (antropónimo) consta de un nombre de pila y de uno o dos apellidos, aunque pudieran ser más, de acuerdo a las costumbres de cada idioma y país.
Al nombre de la persona también suelen llamarle nombre de pila, esto cuando son bautizados de acuerdo a efectos religiosos.
Ahora ya sabes por qué cada persona debe tener un nombre propio.