Seguramente en alguna ocasión has preparado tus alimentos con un jitomate mitad moho y mitad ‘fresco’, o te acordaste de las fresas que compraste y no refrigeraste y se encuentran igual que el jitomate. Esto quizá les haya pasado a muchísimas personas, pero aquí te diremos si es malo o no comerse la parte ‘sana’ de una fruta o verdura.
Lo primero que hay que saber es que existen miles de especies de hongos. Algunas son inocuas o incluso beneficiosas para la salud humana pero otras son perjudiciales y pueden causarnos reacciones adversas más o menos severas. Por tanto, ante un alimento con moho, siempre hay que actuar con precaución.
¿Entonces quitar el pedazo malo y comerse el bueno no es buena idea? Lo primero que hay que saber, de acuerdo a expertos, es que esa fruta o verdura con moho es alimento ya descompuesto, por lo que comer accidentalmente el moho puede resultar peligroso, porque algunas especies generan toxinas naturales (micotoxinas) que, tal como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), tienen efectos negativos en la salud.
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¿Qué pasa si como una fruta o verdura a la cual le quité el moho?
En general, no se recomienda comer la parte "sana" de una verdura o fruta con moho, ya que aunque retires el moho, cortando la zona afectada, el hongo puede haber colonizado las áreas anexas (aunque no veas moho), incluso puede haber llegado a las partes más profundas atravesando pieles y cáscaras.
El moho puede producir micotoxinas, que son sustancias tóxicas que pueden causar problemas de salud, como:
- Intoxicación alimentaria
- Reacciones alérgicas
- Irritación de los ojos, la piel, la nariz, la garganta y los pulmones
- Problemas respiratorios
- Daño hepático
- Daño renal
De acuerdo a expertos el riesgo de sufrir estos problemas es mayor en personas con sistemas inmunológicos debilitados, como los niños pequeños, los ancianos y las personas con enfermedades crónicas.
En algunos casos, puede ser posible cortar la parte mohosa y comer el resto del alimento. Sin embargo, esto solo es seguro si se trata de vegetales de textura firme, como las zanahorias, los pimientos o los repollos. En estos casos, se recomienda cortar al menos 2 centímetros alrededor y por debajo de la zona mohosa.
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