Pese a que México es uno de los principales consumidores de Coca-Cola a nivel mundial, existen marcas locales que elaboran estas bebidas carbonatadas y saborizadas, aunque algunas sólo son reconocidas a nivel local. Por otra parte, también se elaboran los llamados refrescos artesanales, que se promocionan como alternativas "saludables" y que llegan a tener un alto costo.
Los refrescos artesanales elaborados en México, por lo general, se venden a través de plataformas online y llegan a tener un costo por encima de los 'chescos' industriales, aunque no son un lujo que sólo se pueden permitir las personas de clase alta, es posible que ellos los consuman para apoyar emprendimientos o disfrutar de nuevas experiencias.
¿Cuáles son los refrescos artesanales que se elaboran en México?
En México existen diferentes marcas de refrescos artesanales, pero Félix es una de las más conocidas y tiene cuatro sabores: manzana, mandarina, maracuyá y guayaba. En la página oficial, la caja de 24 botellas (de 355 mililitros cada una) posee un precio de 760 pesos, lo que significa que cada una tiene un costo de 31.6 pesos.
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Los amantes de la Coca-Cola también pueden encontrar un refresco de cola artesanal y hecho en México: Zega Cola, mismo que se elabora en Oaxaca y cuenta con ingredientes como: aceites de naranja, lima, limón, canela, lavanda, entre otros que son vertidos en agua mineral . Los creadores de esta iniciativa son Antonio Ambrosio y Eugenia Cruz, una pareja local.
En Chiapas también se elabora un refresco artesanal, mismo que es conocido como Lek y tiene un costo de 35 pesos por botella; tiene una sabor a durazno y se distribuye en sitios como San Cristóbal de las Casas. Estos productos se caracterizan por tener un método de producción manual y en pequeños talleres.
¿Los refrescos artesanales son saludables?
La principal ventaja que tienen los refrescos artesanales por encima de los industriales es que no cuentan con alto nivel de azúcares, así como tampoco poseen aditivos y edulcorantes que resultan perjudiciales a largo plazo. El nivel de carbonatación también es bajo, lo que evita el daño a dientes y huesos.
Para darse una mejor idea, la organización El Poder del Consumidor determinó que un refresco de 600 mililitros puede contener hasta 12 cucharadas y media de azúcar, lo que es 252 por ciento más de lo que debe consumir una persona adulta al día. En tanto, los refrescos artesanales suelen obtener el azúcar de las mismas frutas.
El consumo de los refrescos artesanales debe ser moderado, para evitar que generen problemas de sobrepeso u obesidad; tampoco se recomiendan para personas que sufren diabetes. Aunque sí son una alternativa más saludable, que incentiva a productores locales y sus costos tampoco son exclusivos de la clase alta en México.