El bolillo es un pan tradicional salado que siempre estará en la dieta mexicana. Sin embargo, uno de los mitos que se tiene de este pan es la miga, pues se tiene la creencia de que si se come uno engorda, pero ¿qué pasa si le quito el migajón al bolillo?
La historia de este pan tradicional tiene un bajo precio en panaderías, posee una forma de rombo, es crujiente por fuera y suave por dentro (conocido como migajón) que fue realizado con el trigo que trajeron los españoles y creado por Camille Pirotte.
¿Qué pasa si le quito el migajón al bolillo?
Se cree que el migajón hace engordar a las personas que lo consumen, ya que algunos mencionaban que tenía menos carbohidratos si lo quitaban, incluso se dijo que daba problemas digestivos, pero ¿cuál es la verdad?
Cuando se cocina el bolillo ya tiene migajón, se hace con harina de trigo, levadura, agua y sal. De acuerdo con el Sistema Mexicano de Alimentos, una pieza de 60 gramos contiene 183 calorías, 5.7 gramos de proteína, 39 gramos de carbohidratos y 341.4 mg de sodio.
Esto significa que cuando estás comiendo un bolillo, es como si estuvieras ingiriendo tres tortillas de maíz o siete tazas y media de palomitas naturales.
Aunque el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) declaró que si se come el bolillo sin el migajón aporta 70 kilocalorías, solo reduce un poco las calorías del pan. Por ello, ese mito del migajón es falso: Con o sin migajón, aportan la misma cantidad de calorías.
Además, especialistas dijeron que la corteza de afuera tiene más calorías que la parte interna, ya que pierde agua en su proceso. Sin embargo, se hace referencia a que el problema no es el bolillo o el migajón, sino el exceso que una persona consuma.
¿Cómo se creó el bolillo?
Durante el Porfiriato, la cultura francesa estuvo presente en México, en especial en la comida y panadería.
La historia de la creación del bolillo proviene de muchas leyendas, pero la que es aceptada por expertos es la de Camille Pirotte, panadero de la corte de Maximiliano de Habsburgo. Ante las pruebas que realizaba este panadero, nunca logró la consistencia esponjosa, hasta que encontró una manera de lograr la fermentación.
En el momento de hacer sus experimentos, tuvo muchas fallas, por lo cual le regalaba a la gente el pan que salía, la sociedad al no poder pronunciar su apellido, le empezaron a decir “Birote”.