Aunque el bañarnos es un hábito de higiene que todos llevamos a cabo, muchos de los problemas en nuestro cuerpo se generan desde la ducha, siendo el uso del mismo jabón para la cara y el cuerpo una de las prácticas más comunes y dañinas.
Y es que aunque podrías pensar que el jabón siempre permanece limpio, porque su esencia es un desinfectante, la realidad es que sucede todo lo contrario.
¿Por qué es malo usar el mismo jabón para la cara y el cuerpo?
Los jabones al utilizarse para limpiar todo el cuerpo acumulan bacterias, hongos, suciedad y gérmenes, pues estos productos no son capaces de combatirlos.
Por lo tanto, si usas el mismo producto para lavar tu rostro estarás expandiendo todos estos microorganismos por tu cara, lo que podría ocasionarte problemas de acné, irritaciones y hasta posibles infecciones.
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Además, la mayoría de los jabones corporales en barra contienen un pH alto y son muy alcalinos en comparación con el pH de la piel, el cual es ligeramente ácido, dicha diferencia podría resultar bastante agresiva para la epidermis de tu rostro.
Recuerda que limpiar la piel del rostro es el primer paso para resolver los problemas de la piel, ya que ayuda a prepararla para que absorba tratamientos y facilita los procesos naturales de la epidermis como es la renovación celular, retención de la hidratación y balance de pH.
De esta forma cuando limpias tu cutis remueves la grasa que se produce diariamente, las impurezas y el maquillaje, en caso de que lo utilices; estos elementos tapan tus poros y hacen que el proceso natural de regeneración celular sea más lento, lo cual causa acné, oscurecimiento de la piel y envejecimiento prematuro.
Por ello, se aconseja hacer uso de jabones formulados para el cuidado de la piel de la cara o de limpiadores faciales, pues éstos no resecan la piel, y además obtienes beneficios de los ingredientes especiales con los que están hechos.