Los masones son una organización que tiene una gran influencia en el pensamiento político y económico desde el siglo XVIII; en México existen varios ritos y algunos expresidentes han estado entre sus filas. Lejos del pensamiento que tienen los integrantes de las logias, la forma en que firman y saludan los hace sobresalir.
Se estima que hay 6 millones de masones en todo el planeta, quienes se dividen en tres grados principales: aprendices, compañeros y maestros. Para integrase a los masones, una persona debe tener 18 años y ganas de adentrarse en la filosofía de esta organización, además de cumplir con una serie de requisitos.
¿Cómo distinguir a un masón por su firma?
Las firmas de los francmasones suelen tener tres puntos que parecen formar los vértices de un triángulo equilátero. No obstante, estas rúbricas suelen ser comunes entre los integrantes del rito escocés, una de las ramas más conservadoras, sobre todo en naciones como Argentina, Chile, España, Francia, México, entre otras.
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Estos tres puntos en forma de triángulo se cree que representan al ojo que todo lo ve, un símbolo que ha sido utilizado en la masonería e incluso aparece en los billetes de un dólar. En tiempos más recientes ha sido relacionado con los illuminati, una organización secreta y cuyos integrantes controlan a las élites políticas, según teorías de la conspiración.
¿Pero por qué los masones usan tres puntos? El también llamado tripunteo masónico proviene de la simbología del número tres, por ejemplo, la santísima Trinidad conformada por padre, hijo y espíritu santo, además de que en esta forma se resume el pasado, el presente y el futuro, de acuerdo con integrantes de logias.
¿Cómo se saludan los masones?
Los integrantes de logias se saludan estrechando sus manos, pero formando una v con los dedos índices y medio sobre el antebrazo de la otra persona, lo que simboliza el apoyo mutuo entre los integrantes de esta organización e incluso puede determinar el grado que tienen dentro de su rito.
Se cree que los masones que saludan con un apretón de manos y colocan el pulgar sobre los nudillos de su interlocutor, demuestran si son aprendices, compañeros o maestros. El poner la palma de la mano derecha sobre el pecho a la altura del corazón también es considerado como un saludo masónico.
Teorías apuntan a que personajes históricos como Napoléon Bonaparte, Simón Bolívar o hasta Iósif Stalin siempre aparecían retratados con la mano derecha a la altura del corazón, pues se identificaban como parte de los masones. Estos mismos saludos también han sido relacionados con los illuminati.