El nombre de las personas es un factor importante para nuestra vida, ya que define nuestra personalidad, así como nuestra forma de ser y vivir la vida.
Los padres son quienes eligen nuestro nombre y, en su mayoría, lo seleccionan pensando en la actitud que les gustaría que tendría y la forma en que las demás personas lo verán. Sin embargo, no hay que dejar a un lado la aportación de los genes y las características psíquicas.
Así define tu nombre tu personalidad
De acuerdo con información de la BBC Mundo, el nombre se utiliza para la identificación de una persona y comunicarse con ella de manera diaria; por ello, también sirve como la base de la concepción de uno mismo.
Además, nuestros nombres pueden revelar detalles sobre nuestro origen, lo cual influye en cómo nos tratan los demás o cómo nos sentimos con nosotros mismos.
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¿Te gusta tu nombre? Esto, porque un estudio de la década de 2000, dirigido por el psicólogo estadounidense Jean Twenge descubrió que las personas a las que no les gustaba su propio nombre tenían una adaptación psicológica más deficiente en circunstancias particulares.
Lo anterior –explica la BBC- por su falta de confianza y autoestima, pues “el nombre se convierte en un símbolo del yo”.
Lo mismo sucede con los nombres que están ‘de moda’. Un estudio alemán publicado en 2011 reveló que las personas con nombres ‘pasados de moda’ como Kevin- en esos años- tenía más probabilidades de ser rechazados, en comparación con las personas con nombres más modernos como Alexander.
Huajian Cai y sus colegas del Instituto de Psicología en Pekín recientemente cotejaron los nombres de cientos de miles de personas con el riesgo de haber sido condenados por delitos.
Descubrieron que las personas con nombres considerados poco populares o con connotaciones más negativas tenían más probabilidades de estar involucradas en crimen.
Nombres comunes, la mejor opción
Nuestros nombres pueden tener estas consecuencias, dice Cai, porque pueden afectar cómo nos sentimos acerca de nosotros mismos y cómo nos tratan los demás.
"Dado que un buen o mal nombre tiene el potencial (...) de producir buenos o malos resultados, sugiero que los padres encuentren todas las formas de darle a su bebé un buen nombre en términos de su propia cultura", aseveró.
Por ejemplo, tener un nombre más "sonoro" y que fluya fácilmente en comparación con un nombre que suena abrupto, entonces es probable que la gente prejuzgue cuál es más agradable, con todas las ventajas que podría traer.
Además, según una investigación de la Universidad Estatal de Arizona, ‘tener un nombre inusual podría incluso moldearnos para ser más creativos y de mente abierta'.
No solo eso, también revisaron los nombres de los directores ejecutivos de más de mil empresas y descubrieron que cuanto más raros eran sus nombres, más distintivas eran las estrategias comerciales que implementaban, especialmente si también tenían más confianza por naturaleza.
"Si le das a un niño un nombre muy común, es probable que al niño le resulte más fácil ser aceptado y querido por los demás a corto plazo", aconseja Zhu._Con información de BBC Mundo.