¿Alguna vez has pensado guardar un parte de tus papitas para después sin éxito? Este es el efecto clásico de las papas fritas que te obliga a terminarlas una vez que has comenzado a comerlas, pero ¿Por qué son tan adictivas?
Las papas fritas son una de las botanas preferidas de chicos y grandes, pues cuentan con una amplia variedad de tamaños y sabores.
Sin embargo, parte de su encanto y su 'adicción' se debe a uno de sus ingredientes principales: el glutamato monosódico, un elemento que suelen contener los alimentos procesados como potenciador de sabor.
De acuerdo con la Administración de Medicamentos y Alimentos en Estados Unidos (FDA), se trata de un tipo de sal que se extrae del caldo de algas, o de la fermentación de la caña de azúcar, betabel o de la melaza.
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No obstante, la Clínica Mayo advierte que muchas personas son sensibles a este compuesto, ya que pueden presentar síntomas como dolor de cabeza, inflamación, sofoco, náuseas, debilidad y dolor en el pecho.
¿Por qué son tan adictivas las papas fritas?
Las altas dosis de esta y otras sales, así como de comida chatarra podrían ser la causa de que no puedas comer una sola papa frita, pues este comportamiento desarrolla una especie de adicción a este tipo de alimentos, de acuerdo con el sitio en inglés Healthline.
Tu cerebro también tendría mucho que ver con tu adicción a las papas fritas, pues la apariencia de estos alimentos y su consistencia crujiente causa la sensación de "Frescura" y de “sentirse bien”.
Además, un estudio de la Universidad de Duke reveló que la sal causa un apetito similar a las señales adictivas que producen las drogas lo que daría a las papitas su toque adictivo.